LOS VENCEJOS

Es uno de los libros que más sentimientos han aflorado en mi mientras lo iba leyendo, además lo he tenido que saborear poco a poco,no podía mantener durante mucho tiempo su lectura. Los personajes son sumamente complejos y muy intensos.El autor se moja tratando temas muy actuales como el terrorismo,machismo, desahucio,acoso escolar, homofobia,política....Es una novela ácida,sarcástica y con mucho humor negro,en resumen una narración que tiene mucho de odio,rencor,rechazo,tristeza,miedo pero también de amor,amistad y esperanza. Se que no es una lectura para cualquiera y para finalizar tengo que decir que se va a llevar todas mis estrellas,algunos dirán que se me fue la pinza y otros que genial,solo puedo decir que para mí es una obra que la he disfrutado y saboreado,a pesar de generarme inquietud y hasta hacerme sentir incómodo.

La narrativa de Aramburu es elegante, pero la trama es plana. Le sobran páginas para contar esta historia del insulso profesor de filosofía con ansias suicidas. El listón lo había puesto muy alto después de Patria, pero este ladrillo es decepcionante.

Los vencejos es una historia poliédrica protagonizada por Toni, un profesor de filosofía enfadado con el mundo y consigo mismo que un día decide que va a poner fin a su existencia. Mientras espera la llegada de la fecha definitiva se dedica a escribir una especie de diario o crónica donde expone las razones de un desencanto que ha de llevarlo al suicidio.Acompañado por su inseparable amigo Patachula, quien perdió una pierna en los atentados del 11M de 2004 y hasta piensa acompañarlo en su decisión final más que nada por no quedarse solo, Toni decide vivir con total libertad el año que le queda de vida. Una libertad que, paradójicamente, le viene del hecho de saber que su fin está cada vez más próximo, lo cual lo hace disfrutar de las últimas veces que hace tal o cual cosa. Algo, disfrutar, que había olvidado los últimos años. Durante esos 365 días va programando las cosas para poder irse dejándolo todo resuelto. Y cada noche escribe sobre los sucesos del día a día junto a Patachula y también sobre los momentos más importantes de su vida. Así, desgrana, por ejemplo, sus tormentosas vidas familiares, primero con sus padres y su odiado hermano Raulito y después con su ex esposa Amalia y su hijo Nikita. Las idas y venidas de los vencejos, a los que Toni observa desde las calles de Madrid mientras desea poder volar alto y lejos junto a ellos, marcan el hilo conductor de la novela según pasan los meses y las estaciones. Toni comprende mucho mejor a los animales que a las personas. Vive solo con su perra Pepa y su muñeca erótica Tina, regalada por Patachula. A ambas las trata con igual cariño y dedicación. Y dejar resuelto su futuro cuando él ya no esté es una de sus grandes preocupaciones. Sus historias con ellas constituyen algunos de los momentos más tiernos y a la vez humorísticos de la novela. También sus conversaciones con su fiel amigo y con Águeda, una ex novia --a la que abandonó por la que sería el amor de su vida, su esposa y madre de su hijo-- que de repente vuelve a aparecer en su vida acompañada por un perro que se llama curiosamente Toni, lo cual indica que jamás lo olvidó. Como él tampoco olvida, a pesar de los pesares, a Amalia. Toni aprecia a los vencejos. Vuelan sin descanso, libres y laboriosos. A veces miro desde la ventana a unos cuantos que tienen sus nidos bajo las cajas del aire acondicionado del edificio de enfrente. Pronto emprenderán su vuelo migratorio anual hacia África. Si nada se tuerce y mi vida sigue por el camino trazado, aún estaré aquí la próxima primavera cuando ellos regresen. A través de las casi setecientas páginas del diario de Toni asistimos a muchos de los grandes acontecimientos de la Historia de España. Especialmente los que tienen que ver con el presente de la ficción, es decir, el intervalo entre el 1 de agosto de 2018 y el 31 de julio de 2019. Lapso de tiempo protagonizado por el juicio a los líderes independentistas catalanes, el auge de la ultraderecha que representa VOX, los intentos de Ciudadanos y Podemos de intentar entrar en un gobierno de coalición y los procesos electorales y las respectivas negociaciones en pos del imposible establecimiento de un gobierno que dé por fin algo de estabilidad a la nación. Las discusiones políticas entre Toni, Patachula y Águeda en el bar de Alfonso ilustran perfectamente la enorme polarización del país. Y es que tanto la política nacional como los personajes centrales de la novela están magistralmente retratados en el texto de Aramburu.Mientras Toni se va deshaciendo de la mayoría de sus pertenencias --su amplia biblioteca, diversos enseres y hasta muebles-- y va recibiendo extrañas notas anónimas que llegan a obsesionarlo por completo, tanto por su contenido altamente ofensivo como por el hecho de no tener prueba alguna del origen ni de la motivación de las mismas, su narración se centra en aspectos centrales de su vida. Como los malos tratos recibidos por parte de su padre; su complicada relación con su madre; el odio mutuo existente entre él y su hermano pequeño; su tormentoso final con Amalia, que prefirió a una mujer de nombre Olga; o la debilidad mental de su hijo Nikita, incapaz de ir superando etapas en la vida a la velocidad del resto de sus iguales. Fracasos que, sumados y almacenados en una enorme mochila, pesan demasiado sobre su espalda. De ahí su necesidad de soltar lastre y buscar la libertad. Incluida la libertad para poner fin a su vida. Cómo consigue Aramburu que el diario de un suicida quemado y cabreado con el mundo y con sus congéneres --al más puro estilo del señor Meursault de El extranjero de Camus, del joven Holden Caulfield de El guardián entre el centeno de Salinger o del también desencantado joven Arthur Maxley de Solo la noche de Williams-- acabe convertido en una lección de vida, de amor, de amistad, de dignidad y de esperanza es todo un misterio para la mayoría de los mortales. Los vencejos hará reír, reflexionar y finalmente llorar a los lectores en sus últimas páginas.

Quien quiera leer Los Vencejos, que se olvide de Patria, que se relaje e intente saborear la prosa de Aramburu en las más de setecientas páginas de este libro. Recozco que es un escritor que me encanta. Ahí juega con ventaja. En esta novela desgrana la vida cotidiana de un profesor de Filosofía que ha puesto fecha para su muerte. En el último año que le queda, se dedica a reflexionar sin filtros sobre su vida, sobre lo cotidiano y sobre temas de actualidad con trazos sarcásticos, aderezados con el humor negro de Aramburu que sabe manejar a la perfección. En definitiva, una novela llena de contrastes. A veces dura, a veces entrañable. Con retazos deprimentes, pero a la vez provista de una gran lección de vida.

Había leído de Aramburu, la novela Patria que realmente me encantó. Los Vencejos me llamó la atención por ser obra de Aramburu y sinceramente, aunque tiene otro estilo distinto al de Patria, es una novela muy recomendable. El protagonista Tony, - quién ha programado la fecha de su suicidio- hastiado de la vida, de las personas que conforman su familia, su trabajo y en general, del mundo que le rodea, nos relata capítulos de su infancia, juventud y adultez, en la España contemporánea. Todo narrado en primera persona, con ciertos toques de humor, dentro del drama. A pesar de sus casi 1000 páginas, la pluma de Aramburu, nos mantiene atentos a la trama, y nos permite descubrir el porque del título del libro, los Vencejos, ave que pasa la mayor parte de su vida volando, sin posarse en la tierra, simil muy acertado, pues en el fondo Tony hubiese querido ser un vencejo, ver la vida desde arriba, de lejos, abstraerse de las miserias que la propia vida conlleva.

Creo que esta novela no va a dejar indiferente a nadie, o te gusta mucho o la odias, no hay termino medio. Un hombre harto de esta vida que se da el plazo de un año para suicidarse, durante el cual va escribiendo pasajes de su vida. En muchos de esos pasajes me he visto reflejado, menos en el del suicidio ( de momento) y otros más. Me he reído, me ha hecho reflexionar, me ha entristecido…. En fin para mi gusto una inolvidable novela, pero no os aseguro que os guste a todos ( realmente en esta vida, muy pocas cosas gustan a todos)

No sé si Fernando Uramburu quería crear un personaje tan sumamente odioso, pero doy fe que es el protagonista más horrible y genial que he conocido. Tóni de 54 años de edad decide que en un año se suicidará. A partir de ese momento comienza a escribir un diario y así está estructurada la novela, con doce capítulos, correspondientes a cada mes del año y subcapítulos que corresponden a los días. Y aquí empieza el lío, porque como en cualquier diario, Tóni expresa sus pensamientos sin orden ni concierto, yendo atrás en el tiempo, contando sus pensamientos más recónditos o el presente. Pensamientos y opiniones descarnadas de un hombre que le da igual todo y es cualquier cosa menos agradable y políticamente correcto. Reflexiona sobre la sociedad, la política, la violencia, los problemas del día a día… Es la primera novela que leo de este autor, novela que ha decepcionado a muchos lectores tras leer Patria. No es mi caso. Me ha encantado este personaje tan… Toni. Me han molestado muchos de sus comportamientos, otros me han hecho sonreír y en ocasiones he reído a carcajadas con su pequeña hipocresía sobre sus contestaciones y pensamientos. Me ha gustado mucho la pluma del autor y la historia, para muchos repetitiva, yo la he disfrutado.

No creo que sea un libro para todos pero, sin saber muy bien por qué, lo he devorado. Lo he leído con una mezcla de extrañeza, fascinación y rechazo hacia el protagonista, un profesor de Filosofía cincuentón, que decide poner fin a su vida en el plazo de un año y, con brutal sinceridad, nos habla de su pasado, relaciones y las razones que le hacen tomar tal decisión. Muy buena lectura que creo me dejará pensando en ella unos días.