LOS DESPOSEIDOS

Contra todo pronóstico éste ha sido uno de los libros más aburridos y soporíferos que he leído este año. Me ha resultado excesivamente lento, repetitivo y denso en sus descripciones. La autora se centra demasiado en la exposición y el contraste de los universos principales olvidándose de los personajes y una trama real. A pesar de incidir en temas controvertidos como los diferentes sistemas politico-económicos ( haciendo una crítica incisiva de los mismos), las relaciones interpersonales o el papel de la mujer en la sociedad, no ha sido suficiente el aliciente para mantenerme en vilo. He estado tentada de abandonarlo en numerosas ocasiones y siendo sincera aún no sé por qué razón decidi acabarlo… Quizá terquedad, quizá simplemente pensé que mejoraría a medida que fuera leyendo… pero lamentablemente no mejoró y sólo prolongó mi agonía. Será indiscutiblemente una de las reinas de la ciencia ficción, pero está claro que no he conseguido disfrutar de esta lectura, ni Úrsula y yo hemos empezado con buen pie.

Más que ciencia ficción, una novela construida a partir de ficción utópica social Aunque la autora la ubica en el espacio, donde lls anarquistas de un lejano planeta han sido desterrados a la luna de dicho cuerpo celeste,por el riesgo que representan a la sociedad denominada propietariado, ambas sociedades han progresado a su manera, han crecido, avanzado, y s han tropezado con sus propias piedras, constituidas en gran medida por lo que consideran sus fortalezas, En este contexto, la sociedad propietarial, ( Urras ) decide premiar e invitar a un fisico de la sociedad anarquista ( Anarres ), a visitar y trabajaren el planeta, a cambio de compartir su mas caro trabajo, “ la teoria de la simultaneidad, “ a partir de la cual el viaje interestelar seria factible de manera instantánea, al desestimar el tiempo, En este viaje el protagonista Shevev, se enfrenta conoce, disfruta, a la vez que sufre todo aquello que no sucede en su sitio de origen, opulencia, propiedad, disfrute, goce, pero a la vez se ve asediado, de manera mas acusada por celos, envidias, aislamiento social, traiciones, engaños, En realidad puede reconsiderarse esta obra, a la luz de las propuestas sociales existentes en la época, socialismo, capitalismo, comunismo, democracia, y la autora juega con ellas, mezclandolas en ocasiones en una misma estructura político-social ( tal como sucede en la actualidad ), pero lo hace de manera ingenuamente positiva, , coqueteando descaradamente con el comunismo como sistema descollante, es aqui donde no resiste la crítica del tiempo, Aborda así mismo otros temas, tales como la movilidad de uno a otro sistema y sus repercusiones, el feminismo y el papel de la mujer en dichos esquemas politicos, la incorporacion de los mas desfavorecidos ( desposeidos) como mayoria triunfante no impuesta, sino social e históricamente merecedora de las prebendas que la sociedad igualitaria puede ofrecer, Lo más relevante, a la luz de la historia, son las inconmesurables reflexiones acerca de multiplicidad de temas que dan forma a esta novela, en un género que si bien quiere llamarse ciencia ficción, o Utopía, es para mi, por su riqueza literaria incatalogable,, y llena de mensajes a ser considerados para pensar largamente... Con precuela y secuela, es sin duda esta la parte medular de la trilogía

Shevek, un brillante físico del planeta Anarres (planeta aislado formado por una sociedad de anarquistas exiliados casi dos siglos atrás), viaja al planeta madre, Urras para derribar muros con su investigación sobre una teoría temporal general que sin duda cambiará el destino de la humanidad. Siendo la tercera vez que leo a Úrsula, puedo reafirmar que admiro muchísimo a esta escritora. La historia se me hizo muy llevadera, y nos cuenta en dos líneas temporales alternadas, entre Urras y Anarres, que al final convergen, todo el proceso que vivió Shevek para animarse a dar su pequeña revolución a pesar de todos los obstáculos e incomprensiones (también con sus apoyos, por fortuna). Es muy interesante cómo vemos en términos prácticos el funcionamiento de una sociedad sin leyes, sin gobierno, sin instituciones organizadas, como Anarres, donde la única manera de sobrevivir en ese ambiente hostil es a través de la ‘solidaridad’; Urras es un mundo más parecido al nuestro: si bien existe una potencia capitalista, hay mucha más diversidad de ideologías y sistemas de organización social. Una de las cosas que más me gustó, es que la autora no es inocente, no nos muestra una sociedad utópica ideal sino que nos muestra cómo cualquier sistema tiene sus claros y sus oscuros, y da al lector la oportunidad de formar su propia opinión. Marqué muchísimas frases del libro, lo rayé entero, pobrecito, ¡pero es que da para pensar muchísimo!. Podría hablar de mil cosas increíbles del libro, como cuando nos muestra cómo es en cada planeta el rol de la mujer, la sexualidad, la familia, la crianza, el lenguaje, etc, pero me extendería demasiado, por lo que solo diré que las clases de Sociología en mi época universitaria, hubieran sido mucho más productivas y entretenidas si las hubiera estudiado desde la ficción de Le Guin. Por otra parte, y basándome en lo único que leí hasta ahora de la autora, creo que me gustó más que ‘La Mano Izquierda de la Oscuridad’, pero menos que ‘Los que abandonan Omelas’ (que es algo totalmente diferente para comparar, en realidad). ¡Aplausos y más aplausos para esta genia de la ciencia ficción ‘blanda’! Me dejó con muchas ganas de seguir con todo el ciclo hainish. Lo super recomiendo.

Shevek es físico en su planeta de origen Anarras, que en realidad es la luna de su planeta vecino Urras, él decidirá que quiere compartir sus logros científicos con el planeta vecino y se embarcará en un viaje a la que será una experiencia inolvidable. Este libro ha sido para mí la constatación de lo maravillosa que es Ursula K Le Guin y es que era difícil superar el libro anterior que leí de ella , pero este lo ha conseguido por varias razones, para empezar el protagonista me parece maravilloso, Shevek tiene un espíritu libre y aventurero fascinante, es una persona con inquietudes y preguntas, que te hace empatizar con el en todo momento, además todo el tema político de la novela es muy interesante y es que los planetas tienen sistemas de gobierno totalmente opuestos, Anarras es una anarquía y Urras parece un sistema capitalista al uso, a través de la visión del protagonista vamos viendo los contrapuntos de cada una de las sociedades y te mantiene en la trama todo el rato. En fin una reina de la ciencia ficción, totalmente recomendable te guste o no esté género.

Hoy regreso con una autora que hizo aparición por aquí no hace demasiado y de quien prometí leer la novela que nos ocupa: hablo de «Los desposeídos» y de Ursula K. Le Guin. Esta es una de sus novelas más famosas y tras haberla leído entiendo el porqué. Puede que, en muchos casos, la encontréis etiquetada como ciencia ficción (hay viajes interestelares y mundos imaginarios). Sin embargo, más bien es una obra ideológica, una novela utópica, cuya trama permite a la autora enfrentar dos (o más) sistemas políticos diferentes. El protagonista es Shevek, un científico del planeta Anarres. Anarres fue habitado hace dos siglos por un grupo de humanos que decidió abandonar un planeta cercano (Urras) con la finalidad de fundar una sociedad mejor y más justa que la que ahí había. Durante décadas, a través de generaciones, han construido una sociedad de corte anarquista y ningún habitante de Anarres ha vuelto a pisar Urras (ni viceversa). En este contexto, Shevek (el físico) se convertirá en el primer habitante de Anarres que viaje a Urras para instalarse durante un tiempo por motivos de estudio e investigación. A diferencia del sistema anarquista odoniano de Anarres, Urras se sustenta en un sistema capitalista -de libro-. Por lo tanto, poco a poco, Shevek irá conociendo las luces y sombras de ese nuevo mundo, lo que le servirá también para replantearse algunos aspectos del suyo a través de prismas distintos. Me ha flipado. Muy recomendable para quienes disfruten con historias disfrazadas de utopías y que inciten a la concienciación y reflexión. Es la segunda que leo de Ursula y me reafirmo: no será la última. «Ustedes ponen otro candado en la puerta y lo llaman democracia» Reseña completa en https://denmeunpapelillo.net/los-desposeidos-ursula-k-le-guin/

Así como en "El nombre del mundo es bosque" Le Guin trató el tema del colonialismo, aquí se enfocó en la temática del capitalismo, el comunismo y el anarquismo. Shevek, un físico del planeta Anarres, viaja a Urras como parte de un esfuerzo diplomático. Anarres fue colonizado siglos atrás por disidentes de Urras, seguidores de una doctrina, creada por una filósofa llamada Odo, que en el libro es presentada como anarquista, aunque en mi opinión, corresponde al anarquismo generado por la etapa final teórica del comunismo. En Anarres no hay propiedad privada, ni ansia de lucro, el concepto de familia es muy difuso-los niños son criados en dormitorios comunitarios-, hay plena libertad sexual, no hay dictaduras ni guerras. En principio parece una sociedad utópica, pero a medida que avanza el libro notamos las grietas detrás de la fachada (este es un gran mérito de Le Guin, porque los escritores de utopías a menudo presentan sus sociedades como infalibles, simplemente al ignorar dentro del relato las fallas que podrían adolescer): es una sociedad que ha abandonado en gran medida el progreso tecnológico, incapaz de afrontar grandes proyectos de infraestructura, que ahoga la iniciativa individual. Urras, por otra parte, es una sociedad netamente capitalista, con todas las virtudes y defectos que tanto conocemos del capitalismo: tiene un gran desarrollo tecnológico y bienestar material, pero también una gran brecha entre ricos y pobres. Los segundos son explotados sin piedad y usados como carne de cañón en guerras. Le Guin no plantea que ninguna de las sociedades es superior a la otra: las muestra con sus virtudes y defectos. Más allá de que la sociedad de Anarres nunca podría funcionar a largo plazo (su economía es netamente extractiva: Urras respeta su aislamiento porque le proveen de minerales raros), cada individuo encontrará una sociedad más atractiva que la otra en función de sus valores: alguien que crea en el mérito y el esfuerzo preferiría Urras, mientras que una persona menos interesada en el progreso material probablemente elegiría Anarres. El libro es literatura de ideas: no hay grandes aventuras o batallas. Las características de las respectivas sociedades se desprenden de diálogos y recuerdos de Shevek. Me gustó en particular porque es el libro más extenso de Le Guin que he leído hasta ahora.

Cuando queremos leer una autora que quiera transmitir un mensaje que nos deje pensando es que debemos leer a Úrsula K Le Guin, una de mis novelistas (y unos cuantos ensayos) favoritas. En esta ocasión nos transporta a un mundo de ciencia ficción donde tenemos dos sociedades totalmente opuestas; Urras, un planeta capitalista y Anarres, su luna, habitada por anarquistas. Pero el género de ciencia ficción es la mera excusa para contarnos los extremos de ambos mundos. Es así que nos relata sobre Shevek, un ciudadano de Anarres que acude a Urras para presentar su trabajo de la teoría de la simultaneidad del tiempo. (cabe señalar que no existen los viajes de una sociedad a otra, esto es una excepción lo que ocasiona varios problemas sociales y culturales). Es así como en esta novela densa (muy densa, no hay que esperar que se leerá de un tirón porque se necesita procesar toda la información que nos entrega), nos da un ambiente muy marcado y extremista pero que nos relata de manera directa el rol de la mujer, de la sociedad, de al propia cultura. No se debe esperar encontrar una novela de personajes porque no lo es, ya que estos poseen poca o nula evolución, pero es que la autora no desea contarnos la experiencia de los personajes ni sus anhelos, sino que desea mostrarnos un mundo que tampoco está muy alejado del que vivimos.

Los desposeídos de Úrsula K. Le Guin más que una novela de Ciencia Ficción es la narración de una utopía social basada en la contraposición de dos sociedades antagónicas, la de Urras, el planeta capitalista madre, y la de Anarres, su luna, colonizada por un grupo de urrasis anarquistas y basado en las doctrinas de Odo, la ideóloga, que funda el sistema social de Anarres sobre los cimientos de una solidaridad a ultranza, llevada hasta sus últimos extremos como es no poder ni siquiera pertenecer a tu propia familia. Para ello Úrsula K, Le Guin monta una trama en la que el físico Shevek, ciudadano modélico de Anarres, quiere ir a Urras a trabajar y presentar su teoría de la Simultaneidad del tiempo, pero encuentra muchas trabas administrativas en cada una de ambas sociedades y por motivos diferentes, aunque al final son los mismos: la envidia profesional, el egoísmo, el abuso de poder, el lastre de la burocracia, el consuelo y la generosidad del amor y a veces también el dolor que provocan las relaciones padres e hijos etc, etc. En realidad el libro es una reflexión sobre el género humano más allá de dónde habite.