LECTURAS DE MI MISMO

Reading Myself and Others (1976), es un extensa antología de ensayos que fue publicando en diferentes medios en donde el autor analiza su propia obra: "Lo que quiero es poseer a mis lectores mientras están leyendo mi libro… a ser posible, poseerlos como no lo hacen otros escritores, y entonces dejarlos volver, tal como eran, a un mundo en el que todos los demás actúan para cambiarlos, persuadirlos, tentarlos y controlarlos. Los mejores lectores acuden a la narrativa para librarse de todo ese ruido, para que se desate en ellos la conciencia que por lo demás está condicionada y constreñida por cuanto no es ficción. Eso es algo que todo niño entusiasmado por los libros comprende enseguida, aunque no sea en absoluto una idea infantil acerca de la importancia de leer." Roth explica de manera detallada la génesis de sus obras y como va avanzando paso a paso en su construcción y encontrando su propia voz y método de escritura, además, desmiente de manera categórica que sus novelas sean autoficciones: son solo ficciones y punto, que tan solo toman algunos referentes de su propia experiencia y vida. "Para mí escribir no es algo natural que sigo haciendo, a la manera en que los peces nadan y los pájaros vuelan. Es algo que hago bajo cierta clase de provocación, un apremio particular. Es la transformación, mediante una complicada actuación, de una emergencia personal en un acto público (en los dos sentidos de la palabra). Trasvasar a través de tu ser cualidades que son ajenas a tu carácter moral puede ser tan duro para el escritor como para el lector. Puedes acabar sintiéndote más como un tragasables que como un ventrílocuo o un actor. A veces te utilizas a ti mismo con mucha severidad a fin de alcanzar lo que, hablando literalmente, está más allá de ti. El actor no puede permitirse los instintos humanos ordinarios que dirigen a la gente en lo que quieren presentar y lo que quieren ocultar." Lecturas de mí mismo a su vez tiene entrevistas sobre sus novelas que le fueron hechas y en donde explica su método de trabajo que era de verdadero galeote: solía trabajar de 8 am a 5 pm siete días a la semana durante dos o tres años por cada libro y en las noches se relajaba leyendo. "A los novelistas les interesa incluso lo que les sucede a los demás y, como los embusteros y los estafadores en todas partes, fingirán que algo dramático, terrible o espeluznante o magnífico que le ha ocurrido a otro en realidad les ha ocurrido a ellos." El ensayo también es una advertencia sobre la banalidad de la actual cultura y sus peligros: "La amenaza para una Norteamérica civilizada no es la censura de tal o cual libro en algún distrito escolar atípico; no es el intento por parte del gobierno de suprimir o falsear esta o aquella información, sino que es la superabundancia de información, los circuitos en los que florece rápidamente la información… es la censura de nada. La trivialización de todo se debe exactamente a aquello que no tienen en la Europa del Este o en la Unión Soviética, la libertad de decir lo que sea y de vender cualquier cosa como a uno le venga en gana." Su penúltimo ensayo lo dedica a sus maestros: Saul Bellow, Bernard Malamud y Norman Mailer. El libro se cierra con un delicioso cuento/ensayo de lectura casi imprescindible sobre Franz Kafka titulado «“Siempre he querido que admiraseis mi ayuno”, o una mirada a Kafka» Inmejorable análisis para poder entender la motivaciones de uno de los grandes escritores estadounidenses del siglo XX.