Sinopsis de LA LUZ DIFICIL

Jacobo ha decidido morir. Un accidente de tráfico lo ha dejado parapléjico y con dolores tan fuertes que le hacen la vida insoportable. David, su padre, se enfrenta a la más dura de todas las pruebas: ser testigo del proceso. Mientras Jacobo viaja a un lugar de Estados Unidos donde su muerte sea posible, David soporta en Nueva York las horas aferrándose a la esperanza de una inevitable pregunta: ¿se arrepentirá su hijo en el último minuto?Casi veinte años después -con la visión desgastada y el espíritu atento- David reconstruye su vida en Nueva York, sus días de pintor prolífico, el accidente de Jacobo y, sobre todo, los momentos de espera junto a su familia, mientras su hijo se dirige al destino que ha elegido. El estupor del dolor no le impide presenciar la belleza con infinita atención, y su relato se convierte en testimonio de la vida misma, tan inmensa y poderosa que incluso contiene la muerte.Esta potente y emotiva novela representa de manera lúcida la narrativa de un autor que siempre se ha interesado por explorar la cercanía de los opuestos, mostrándonos que cuando la muerte es inminente, no queda más remedio que contar y reivindicar la vida. Aquí las palabras y los silencios son igual de intensos. Una vez más, Tomás González nos conmueve con el poder de las cosas que se saben callar.

13 reseñas sobre el libro LA LUZ DIFICIL

“El tiempo es materia elástica que depende de la alegría o la aflicción”-Tomás González.La cuestión retóricaCuando leí la sinopsis de la novela pensé que se trataba de un libro intenso, doloroso y angustioso: Un padre iba a narrar las últimas horas de vida de su hijo, quien después de muchos años de dolor intenso, decide terminar con su sufrimiento. Sin embargo, no lo sentí así. La prosa está en un tono muy tranquilo, impasible, casi insensible. El lenguaje no logra transmitir la angustia y la desesperación que tuvo que haber sentido un padre que consintió el suicidio de su hijo. Tampoco transmite la ansiedad por la que tuvo que haber pasado al haber hecho algo ilegal porque, como él lo menciona, Jacobo no era residente de Oregón así que no tenía derecho a realizar la eutanasia en Portland.Quiero pensar que como David está escribiendo sus memorias 20 años después de la muerte de su hijo, ya no siente el dolor con la misma intensidad. También puede ser que su percepción de la vida y la muerte se haya sentido como una aparente falta de angustia; pero, si el tema principal del libro es el sufrimiento, entonces ¿porque la atmósfera de la narración no transmite eso? Bien se podría leer este libro como se leen las novedades científicas.Reconozco que esta es una lectura amena y trata los temas de la vida, la muerte y el sufrimiento de una manera ingeniosa y filosófica. Pero no podemos juzgar una novela solo por lo que dice sino, al ser una creación retórica, también debe de juzgarse por cómo se dice y es ahí donde encuentro una laguna en este libro.El tiempo, la vida y la muerteAlgo que me pareció interesante del libro es el concepto que David, el personaje principal, tiene sobre la eternidad y persistencia de la vida:“Se me ocurre pensar que la vida es eterna, quieta y eterna, y el dolor, una ilusión” Este concepto sobre la vida se ve reforzada a lo largo del libro:a)    Los cangrejos herradura: Al inicio del relato, David pinta una serie de ocho trabajos con el tema de los cangrejos herradura y comenta que los fósiles más viejos de cangrejos herradura son de hace más o menos cuatrocientos cincuenta millones de años. Lo que nos da sensación de perdurabilidad.b)    Las cucarachas de su departamento: Cuando se muda a un nuevo departamento de Nueva York, David menciona que hace todo lo posible por deshacerse de ellas, pero le es imposible, y dice: “En los departamentos viejos, estos insectos (las cucarachas) son tan inextinguibles como la vida”.c)    El jardín de las delicias y la zarza ardiente: Ambas referencias son recurrentes en el relato y tienen en común el concepto del árbol de la vida. Esto es, en el tríptico del Bosco, la parte en la que se retrata El Paraíso, se encuentra, al lado izquierdo de Adán, el árbol de la vida. Con respecto a la zarza ardiente, que me parece que hace alusión a la zarza que está en el monte Sinaí cuando Moisés está a punto de encontrarse con Dios, comparte similitudes simbólicas con el árbol de la vida. El árbol de la vida es un arquetipo generalizado en las mitologías del mundo y se cree que este árbol conecta todas las formas de la creación. Está relacionado con la persistencia del tiempo y la evolución del ser humano.ConclusiónEn resumen, podríamos decir que, en función de “qué dice” es profundo, inteligente e ingenioso; pero en función de “cómo lo dice”, hace despliegue de una retórica muy plana. 


Es un libro cargado de imágenes y sentimientos. Su lectura es muy rapida es para leer de una sentada. Es un libro que te hace reflexionar y cargar de lugares haciendo que sientas que viviste la historia. Conmovedora, me a gustado mucho, además que tengo muchas frases favoritas de este libro. Si este libro definitivamente te hace remover algo dentro.


Este es un libro muy colorido. Tengo recuerdos de pinceladas de mar, de cangrejos herradura, de playas soleadas, de Central Park, pero sobre todo de luz... mucha luz. El personaje principal, David, es un pintor, y la atmósfera del libro transmite perfectamente eso. Este es un libro de belleza visual indudable. Sin embargo, esperaba dolor y sufrimiento, al final de cuentas un padre está narrando todo lo que está sucediendo en torno al suicidio de su hijo; y no obstante, la prosa de Tomás es tranquila, impasible, casi insensible ¿Por qué? Pues tengo dos hipótesis al respecto: La primera es que David, está narrando las memorias de ese acontecimiento, 20 años después de que sucedieron, así que es probable que ya no sienta el dolor con la misma intensidad. La segunda es que la percepción que David tiene sobre la persistencia y eternidad de la vida, le ayuda a mitigar el dolor. En conclusión: La belleza visual y simbólica del libro es indudable, sin embargo, la cuestión retórica no me convence mucho así que le doy una calificación final de 3 estrellas.


“¡Marabilloso!” Es la última palabra de esta historia y la primera que se viene a la mente al recordarla. Con un lenguaje ameno, cercano y una narrativa con una fluidez incontenible, el autor nos obsequia una maravillosa novela, cargada de reflexiones sobre el transcurrir del tiempo y de la vida. El eje central de la historia es la decisión que Jacobo, el hijo de David ha tomado, iniciando la búsqueda de una muerte asistida que lo ayude a superar los insoportables dolores que lo atormentan después de haber quedado parapléjico tras un accidente de auto ocasionado por un conductor borracho. Aunque al principio lo parece, la historia no se narra en el tiempo presente de aquella decisión, por el contrario, es narrada en el presente de David, que ya ha envejecido y recuerda este momento de su vida del cual ya han pasado casi veinte años, a medida que sentimos la lentitud con la que transcurrieron las horas de esa noche en la que en la distancia su hijo en compañía de su hermano se encontrarían con el doctor que lo ayudaría a morir, ese lento andar del reloj, contrasta con el paso acelerado de la vida misma, que ya solo esta presente en los recuerdos del narrador, en sus soledades, en la añoranza de su obra pictórica, en la ausencia de su esposa y en esa horrible enfermedad que lo aqueja, pero que no le impide soñar e imaginar. Uno de los libros más bellos que he leído este año, con una visión sosegada de la vida y de la muerte, del transcurrir del tiempo, de la creación artística, cada palabra se convierte en una hermosa pincelada de aquel pintor que de manera recurrente se empeña en ampliar su inconcluso estudio de luz y de sombra. La capacidad de observación de los detalles no solo enriquece la narrativa, sino que también afianza y afirma la profesión del narrador que logra crear una bella atmosfera de alegre melancolía. Fue solo al terminar de leer la obra, que logre identificar la evocación persistente que me traía sus hermosas descripciones, me recordaban a Kioto de Kawabata.


Primer libro que leo del escritor del cual muchos críticos en Colombia dicen que es el mejor escritor actualmente, definitivamente no ha decepcionado, aunque siento que la historia pudo dar un poco más. En este libro asistimos a los recuerdos de David, en el cual pasan muchos años de su vida, pero permeados por la situación que atraviesa su hijo Jacobo. Entonces vemos cómo pasan por las páginas valles, calles, apartamentos, Colombia y Estados Unidos, pero sobre todo, la familia y la profesión del protagonista, a saber, pintor. Tomás González me ha hecho pensar que sí algún día logro escribir una novela, espero que se lea como leí este texto, sin afanes, como estar sentado encima de unas almohadas perfectamente cómodas. González tiene un estilo muy bien logrado, las palabras no son artificiosas y logra captar la esencia de las palabras.


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