'En un estudio reciente sobre el Génesis, el teólogo portugués Armindo Dos Santos demuestra con todo lujo de erudiciones y de filología lo que muchos veníamos sospechando: que el Paraíso terrenal es una huerta en medio de una vega, una huerta de tiera fértil y de agua abundante en la que el trabajo humano obtiene siempre una recompensa generosa