Situada en la ciudad de Córdoba en vísperas de la Revolución de 1868, La feria de los discretos (1905) tiene como protagonista a Quintín García Roelas, arquetipo de ese" hombre de acción" cuyas ideas y creencias colorean tan vivamente el mundo de Pío Baroja (1872-1956). El descubrimiento de la miseria y mezquindad de las gentes y la ridiculización de los sentimientos nobles y los propósitos honestos destruyen los ideales del joven cordobés, quien cae en un profundo pesimismo acerca del mundo y de la condición humana. Y si bien Quintín termina por abrirse paso en la vida gracias a su dureza y cinismo, nunca le abandona la vaga conciencia de la superioridad moral de los comportamientos guiados por motivaciones y valores distintos de los que hacen suyos los triunfadores.
Otra muestra de la gran potencia narrativa de Baroja, quien crea un personaje enigmático, sobrio y entero para ilustrar las historias comunes de los pueblos en Andalucía del siglo XIX. Gran retrato de época que vale la pena leer.
Primera parte de la trilogía "El Pasado" de Pío Baroja. La escribió en 1905. Cuenta la historia personal y familiar de Quintín García Roelas, oriundo de la ciudad de Córdoba. Era un niño calavera, canalla y rebelde. Estudió 8 años en Inglaterra y volvió a Córdoba a los 22 años. Es Quintín un personaje típicamente barojiano: no tiene objetivos claros más que vivir bien sin tener que trabajar; destila contradicciones por doquier; es la personificación de la pugna entre el observador que ve pasar su destino sin intervenir en él, y el hombre de acción que todo lo dirige. Baroja define el vacío vital de nuestro protagonista con la palabra spleen ("en francés, spleen representa el estado de melancolía sin causa definida o de angustia vital de una persona. Fue popularizado por el poeta Charles-Pierre Baudelaire (1821-1867)", fuente wikipedia). Se respira aquí la frescura melancólica de las primeras novelas de la prolífica obra de Baroja.
Y lo malo es -siguió Escobedo- que nos engañan miserablemente. Nos hablan de la eficacia del esfuerzo; nos dicen que hay que luchar con voluntad, con tesón, para alcanzar el triunfo, y luego vemos que no hay luchas, ni triunfos, ni nada; que la fatalidad baraja nuestros destinos y que la ausencia de la felicidad está en nuestra misma naturaleza".