LA CIUDAD Y SUS MUROS INCIERTOS

Leer a Murakami es una experiencia única y transformadora. Sé que no soy objetivo, hace años que es uno de mis escritores favoritos y esperaba esta novela como agua de mayo. Recorrer la literatura del japonés es pasear por un sueño, toda su obra está plagada de situaciones oníricas y encuentros que se abrazan la cotidianeidad y el realismo. Como diríamos con Gabo, realismo mágico. La ciudad y sus muros inciertos es la espinita que tenía Haruki Murakami desde hace décadas. Parte de un relato de hace casi cuatro décadas en las que gracias al confinamiento de la pandemia de 2020 volvió a él para recuperar y darle forma de novela. Es una historia en dos partes, dos libros en uno, donde emerge la búsqueda de la memoria y el amor y converge en la identidad, la realidad y los sueños. Murakami igual que los Beatles provoca adicción. Llevo ya subido en ese barco (el chico del 'yellow submarine') de personas que piden el Nobel para él, pero con el tiempo solo nos cercioramos de que un premio no cambiará nada de su legado en la literatura. Murakami es un grande, simplemente hay que leerlo.

Cuenta una historia muy detallada de amor eterno, crecimiento, realización, alejamiento, confianza y un conflicto que cuestiona incluso la propia existencia. Es de esos libros en los que disfrutas muchísimo más durante el viaje que con el destino. El hecho de que los personajes sólo sean conscientes de fragmentos de la realidad crea una imagen mística del lugar. No es malo que no todas las preguntas que me hice tengan una respuesta clara, sino que Murakami sabe cautivar y encantar a su manera tranquila con una historia extraordinaria, con esa capacidad que tiene para decir tanto con sólo transmitir paz y tranquilidad.

La historia de esta novela es cautivadora, extraña y mágica. No es fácil hacer la reseña de un libro con una trama compleja pero encantadora. A parte de usar una bella prosa, me encontré con cierto misterio que me tenía al final del libro, deseosa de avanzar las páginas para conocer el final; la segunda parte me pareció más amena que la primera. Eran dos ciudades, la de la realidad y la amurallada, ¿O eran acaso dos mundos o dos universos? El protaqgonista emigra a la ciudad amurallada para encontrarse con su amor de juventud, a la vez desea regresar, pero una vez que entras en ella no podrás salir, a menos que... No es la novela que más me ha gustado del gran Murakami, pero si la disfruté por sus rarezas, misticismo e incertidumbre.

6 años después de su última novela “La Muerte Del Comendador” Murakami vuelve a estrenar una novela, la cual es el producto final de un cuento sin terminar, un cuento que escribió en 1980. Si leíste “El Fin Del Mundo Y Un Despiadado País De Las Maravillas” te darás cuenta que, al parecer, esta novela nueva sea como un tipo de Spin Off de aquella fantástica novela de 1985. Sin embargo, las dos novelas pueden andar por sí solas sin problema. Así que sin más preámbulos, hablemos de esta novela llamada “La Ciudad Y Sus Muros Inciertos”. Es impresionante como Murakami puede aún igualar a sus más grandes obras cuando pareciera que en sus magistrales universos ya hay trabajos insuperables. En esta novela, Murakami pone sus más grandes elementos que contienen sus más grandes trabajos: realismo mágico, cosas excesivamente inexplicables (de verdad muy inexplicables) interesantes paradojas, personajes de lo más entrañables y queribles, una moraleja para marcar tu corazón y un final que te dejará con ganas de más. Ahora claro, también es Murakami cuando tenemos que hablar de sus elementos negativos: como cosas que en todas sus novelas pasan y la forma en la que llega a retratar a algún personaje femenino. Aún así, creo que esta novela es un viaje onírico tan satisfactorio, que te invita a dividir a tu ser en dos, a dividir mente y corazón y que te hará viajar por el mundo real y el mundo de tu imaginación y deseos. Murakami aquí nos habla sobre el dejar ir, sobre la importancia del presente, la dificultad de encajar y sobre la lucha interna de cada ser humano, usando elementos metafóricos entre a realidad y la ficción para hacerte sentir fe en alguien que espera por ti, alguien que observa cómo caes y está listo para atraparte y protegerte. Tú mismo. Si, amigos, Murakami lo hizo de nuevo, como siempre lo hace y como desearías que siempre lo hiciera…