ELEGIA

Sin palabras. Es una novela que, cuando la acabas, la mantienes unos minutos en tu regazo. Sujetándola fuerte y repasando cada frase, palabra y suspiro del protagonista. Es cierto que no es recomendable para quienes temen a la enfermedad. O a la muerte misma. Pero tiene una profundidad humana que deja al descubierto todo lo mejor y peor de las personas. Certifica eso de que la vida es una noria, y si no eres capaz de adaptarte a lo que cada etapa de la misma te depara, te arrolla. He quedado muy tocado y la prosa de Roth es impresionante. Muy recomendable.

Everyman (título original que significa hombre común y corriente) es una novela corta muy al estilo de La muerte de Iván Ilich de León Tolstói. Narra los últimos días en estas extrañas tierras de un publicista de origen judío, con severos problemas cardíacos, que mientras lo operan, entuban, destazan, hincan, machetean y raspan, recuerda su niñez, sus tres matrimonios fallidos, su trabajo como publicista, sus amigos, sus padres (sobre todo su padre joyero y relojero) que vaga sin rumbo hacia su inexorable muerte. Son casi de terror los largos párrafos que Roth dedica a los procedimientos médicos y cirugías que el protagonista sufre. Ese vagar final lleva al protagonista, antes de su última intervención quirúrgica, a visitar la tumba de sus padres donde sostiene una larga conversación con un sepulturero negro que le comenta como se cava una tumba con lujo de detalles (muy propia de Roth que lleva a recordar como se fabrican los guantes en Pastoral Americana). Novela corta, intensa, dolorosa, no apta para ancianos, porque su ruta y final son las inexorables enfermedad, soledad y muerte, que dicho sea de paso, son las únicas seguridades que el ser humano tiene en esta miserable existencia.

La(s) perdida(s), el paso del tiempo, la elección de los caminos, la actitud ante la muerte, la relación (o la falta de ella) con nuestros seres queridos, el arrepentimiento. Todo ello diseccionado con la precisión de un cirujano del corazón como los que tratan al protagonista. Una novela corta pero intensa en emoción que creo que se disfruta plenamente desde una perspectiva de tiempo vivido. Es decir, su lectura será mucho más rica (y también hiriente) a partir de cierta edad. El autor abre un abanico de emociones y sentimientos que es difícil que no haya ninguno con los que identificarse. Uno de esos libros que te dejan pensando tras pasar la última página.

Philip Roth es un grandísimo escritor,pero puede resultar un poco cargante con temas médicos si eres hipocondríaco.Aún así,esta breve novela merece más que aprobar ya solo por la psicología del protagonista.Además,se lee rápido.

Esta bella obra de Philip Roth es un profundo lamento por la fugacidad de la vida, el deterioro físico, la inesperada vejez y el inevitable final. La historia comienza por el fin, el funeral del personaje. el resto del relato es una evocación de su vida. Una narración que avanza en el tiempo e intercala magistralmente recuerdos de las etapas y sucesos cruciales, con escritura ágil y rica y expresiva sintáxis, abundante de oraciones subordinadas, marca del autor. Con diálogos hábilmente elaborados y algunas dosis de erotismo, quizá subidos de tono para algunos lectores , pero también son marca de la autor. El personaje es un publicista de éxito, con tres matrimonios fallidos y la salud tempranamente frágil. la enfermedad coronaria ha minado su autoestima y sus energías, también ha acelerado su vejez. En su última etapa, solo, vivirá en un centro residencial para la tercera edad de clases con recursoa, cerca de las playas donde veraneaba con su familia en su infancia y allí intentará aceptar con estoicismo todas las pérdidas y esperar la nada.

Segundo libro de la tetralogía de novelas cortas "Las némesis" y unido a su predecesor "Indignación" por una de sus temáticas: La muerte. Mientras que en"Elegía" podíamos ver cómo el protagonista había vivido toda su vida con la idea de la muerte en la cabeza y cuando está llegó no fue más que el final lógico de un anciano con una salud deteriorada, en "Indignación" vemos cómo la muerte de un personaje joven nos permite reveer toda una vida que parece nunca haber sido vivida. No solo porque el protagonista y narrador muere a los 19 años. Sino porque apenas si pudo atisbar lo que es la experiencia de vivir. La indignación es por haber muerto, sí, pero al mismo tiempo por las situaciones y personas con las que se encontró al estar vivo. Al igual que en la obra anterior (y todo en Roth) el marco de la obra es la vida de la clase media trabajadora judía y lo que eso implica para el personaje.