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LITERATURA CONTEMPORÁNEA

EL VERANO EN QUE MI MADRE TUVO LOS OJOS VERDES

TATIANA TIBULEAC

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8,4

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Sinopsis de EL VERANO EN QUE MI MADRE TUVO LOS OJOS VERDES

Aleksy aún recuerda el último verano que pasó con su madre. Han transcurrido muchos años, pero pronto vuelve a verse sacudido por las mismas emociones que lo asediaron en aquel momento: el rencor, la tristeza, la rabia. ¿Cómo perdonar a la madre que lo rechazó? ¿Cómo enfrentarse a la enfermedad que la está consumiendo? Este es el relato de un verano de reconciliación en el que madre e hijo bajan las armas, espoleados por la llegada de lo inevitable y por la necesidad de hacer las paces entre sí y consigo mismos. Un brutal testimonio que conjuga el resentimiento, la impotencia y la fragilidad de las relaciones maternofiliales. Una poderosa novela que entrelaza la vida y la muerte en una apelación al amor y al perdón. Uno de los grandes descubrimientos de la literatura europea actual.

87 reseñas sobre el libro EL VERANO EN QUE MI MADRE TUVO LOS OJOS VERDES

“Los ojos de mi madre eran un despropósito “ Esos ojos verdes están llenos de constelaciones y palomitas. No parpadean. Esos ojos verdes te mantienen turbada,exangüe y carcomida, con el sentimiento de haber naufragado en un viaje de antítesis, despiadado y balsámico. Sólo hay una culpable, Tibuleac. Se desenvuelve tan bien en este caústico baile que es imposible no acabar malherida y sedienta de más. Nos propone un encuadre soberbio sobre el perdón y la madurez, dotado de tantos puntos fuertes que habría sido injusto no haber destacado en el fragor de las novedades literarias. Ciertos fragmentos siguen retumbando, “coagulados”. De una calidad inaudita, es difícilmente olvidable. “ Los ojos de mi madre eran cicatrices en el rostro del verano”


Es una novela que te embargara y te dejará sin aliento leyendo las páginas. Una novela llena de emociones y sentimientos que te dan la oportunidad de meditar sobre la vida, sobre el carácter humano y que explora la mayoría de edad, el frenesí y el redescubrimiento. Es una novela sobre la inconsciencia, el dolor y el mal. La novela lo tiene todo. Dolor, amor, paz y alegría. Y todos ellos están ilustrados a través de los ojos de la madre. Esto no es un libro, es una tormenta interior tras la cual te sentirás derrotado, amado y perdonado, todo en uno. Una historia que presenta la relación entre una madre y su hijo. Ambos enfermos y ambos perdedores. ¿Cómo perdonar a la madre que lo rechazó? ¿Cómo enfrentarse a la enfermedad que la esta consumiendo? La novela está narrada en primera persona y el protagonista que es Aleksy que parece estar lidiando con una enfermedad mental, y que al principio odia a su madre, incluso quiere matarla y poco a poco comienza a amarla, sobre todo después de enterarse de que sufre un cáncer terminal, y que muy pronto estaría a salvo del despiadado cáncer. Aleksy siempre está al borde de la depresión y su madre se está muriendo. Sin embargo, hay hermosos momentos en los que los dos encuentran la manera de comunicarse.  Ellos pasarán un verano de reconciliación en el que madre e hijo bajaran las armas, espoleados por la llegada de lo inevitable y por la urgencia de hacer las pases entre sí y consigo mismos. La historia nos ofreció una verdadera lección de vida, es decir, valorar a nuestras madres y padres y aprovechar cualquier momento que pasemos con ellos, porque la vida es corta y nos la pueden robar en cualquier momento. Es un libro impresionante, un verdadero desafío para los lectores. Un desafío agradable, sin embargo, una llamada a personajes fuertes y experiencias intensas. El impacto del libro es poderoso. En primer plano está la tensa relación entre un niño y su madre. Al hijo le molesta la descripción cruel que le da a la escuela, a sus compañeros y a su familia.  El verano que mi madre tenía los ojos verdes es un libro intenso y expresivo. El lenguaje en el que se cuenta la historia es moderno, porque es el del niño. Un libro apasionante y fácil de leer, especialmente para lectores familiarizados con estos temas de la literatura contemporánea.


Una novela más intensa que larga. El inicio es tan fuerte que invita a abandonar pero por suerte yo continué. Es hermoso entrar en los entresijos de la relación entre un hijo y su madre y seguir la transformación de que el se produce en ellos. A pesar de la aridez de algunas situaciones también me he reído y he experimentado una admiración tierna por los dos personajes principales. Los saltos en el tiempo que se dan ayudan a crear cierta intriga. Entiendo que la autora deje cabos sueltos aunque nos deje sin saberlo todo ya que el tema es el lazo materno-filial.


Sencillamente sublime. Una crónica descarnada de unas vacaciones, las últimas, con su madre... Con una vehemencia atroz, el protagonista relata crudamente los sentimientos para con su progenitora, los cuales van mutando con el correr del relato y de la enfermedad de ésta. Todos aquellos que hemos tenido experiencias muy cercanas a enfermedades crueles con nuestros padres, deberíamos atravesar la agridulce experiencia de leer este libro/ de conectar con ese dolor; de hacerlo piel. Me gusta imaginar el traspaso a ese plano con una escritura repleta de arte y de amor tan excelso y majestuoso como lo que he leído


Una historia que habla acerca de cómo el amor a una madre lo supera todo y es mas fuerte que cualquier cosa. No logré conectar mucho con los personajes y muy poco con la historia, pero sin dudas es un libro muy lindo, interesante y recomendable que no deben dejar de leer.


Cuando empecé creí que tendría que dejarlo por el sentimiento de rencor y odio que emanaba, sólo la duda del origen de éstos sentimientos del protagonista me animaron a seguir leyendo (y las recomendaciones muy confiables) , que maravilla que no lo dejé. El odio no siempre es odio, es un amor lastimado, y en este libro pequeño pero con gran peso emocional puedes comprender lo que es el perdón y la vulnerabilidad.


Una novela fácil de leer por su narración y estructura pero desgarradora y que te zarandea y remueve por dentro. Al principio me costó seguir leyendo porque puede parecer aburrida, pero le di una oportunidad y no me arrepiento. Un hijo, una madre... Un hijo donde un verano decidió superar el rencor hacia su madre y el rechazo que sintió de niño por ésta. Nos hace darnos cuenta de la fragilidad -y muchas veces dificultad- de las relaciones padres-hijos. Muy bien escrita, narrada en primera persona, con capítulos cortos pero intensos que te despertará emociones dormidas y no te dejará indiferente.


Esta es una de esas novelas de las que me dejarán huella. Lo sé. Es cruel, dolorosa, bellísima, poderosa. Y lo es porque va directa al corazón, a nuestros sentimientos. Porque va de reconcilicación, del amor, de que nunca es tarde para perdonarse. Con una prosa que es al mismo tiempo poesía, Tatiana Tibuleac nos cuenta el ultimo verano que pasan juntos una madre y su hijo. Dos vidas y su pasado comprimidas en un verano. Un libro precioso, díficil y duro pero precioso.


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FRASES DEL LIBRO EL VERANO EN QUE MI MADRE TUVO LOS OJOS VERDES

No te puede faltar lo que no has tenido jamás.


Publicado porJap

No te puede faltar lo que no has tenido jamás.


Publicado porjotimas

Si la muerte tuviera en cuenta la opinión de los demás, moriría mucha más gente adecuada.


Publicado porOrenda.Lectora

Los ojos de mi madre fea eran los restos de una madre ajena muy guapa


Publicado porErica Soledad Sayal

Los ojos de mi madre lloraban hacia dentro.


Publicado porCARI TEJE

El campo de girasoles había perdido los pétalos y ahora parecía un rostro hermoso destrozado por el acné”


Publicado porOrenda.Lectora