En clave de humor Mendoza nos guía en una nave espacial, en la última misión de su máximo oficial al mando antes de jubilarse. Este comandante es el paradigma de la indulgencia hacia la incompetencia de sus subordinados y la propia. Reina el caos de las responsabilidades abandonadas a su suerte; nadie en la tripulación parece cumplir el cometido de su cargo. Esta novela parece una parodia grotesca de un estado o una administración sin rumbo, a caballo entre el camarote de los Marx y el circo de Ángel Cristo. Está bien escrita y te hace sonreír, pero prefiero el estilo más serio de Eduardo Mendoza.