Un cuento de hadas escrito por el poeta, escritor y dramaturgo británico-irlandés Oscar Wilde. Un ruiseñor oye los lamentos de un estudiante causados por la negativa de la hija de su profesor de bailar con él a menos que le traiga una rosa roja. El ruiseñor visita todos los rosales del jardín, y uno de ellos le dice que hay una manera de producir una rosa roja, pero sólo si el ruiseñor está dispuesto a cantar su canción más dulce durante toda la noche y sacrificar su vida para crearla. Viendo las lágrimas del estudiante, el ruiseñor lleva a cabo el ritual, y clava su corazón a una espina para que su sangre pueda dar color a la rosa. A la mañana siguiente, el estudiante está contento, pues tiene la rosa roja, pero la hija del profesor le rechaza de nuevo debido a que otro hombre la ha obsequiado con joyas «y ya se sabe que las joyas cuestan más que las flores», le dice. El estudiante lanza con ira la rosa a la calle, vuelve a sus estudios, y decide no creer en el amor verdadero nunca más.
Ni bueno ni malo, la verdad esperaba mas del cuento por el autor pero lo que me dio fue un final muy simple, 5/10, aunque, por muy contradictorio, me gustó el final.
Es un bello cuento, Oscar Wilde tuvo una manera sublime de retratar en pocas páginas lo que es la entrega por amor al prójimo. Es un cuento maravilloso en muchos sentidos, es una enseñanza nos muestra la entrega y sacrificio con el ruiseñor, en contraparte el egoísmo y materialismo con la niña caprichosa que le fue poca cosa una rosa sin saber que llevaba en sus pétalos el sacrificio y pureza. Este cuento lo tiene todo, prosa, mensaje, mueve fibras. Qué más podíamos pedir cuando Wilde nos hizo este regalo. Sin duda es un cuento triste pero también dulce, emotivo, sincero. Un cuento que nos remueve y sacude.
Uno de los cuentos más emotivos de Wilde, por no decir el más emotivo de todos. Al igual que con El Príncipe Feliz o El fantasma de Canterville, parece que su crítica se enfoca en la incomprensión que sufre el artista; en este caso, nadie entiende el mensaje que ha dejado el ruiseñor al mundo, y por tanto, su sacrificio carece de significado tanto para el estudiante al que trataba de ayudar como para su enamorada. Y teniendo en cuenta la admiración del autor hacia la figura de Cristo, es posible que el ruiseñor también sea su metáfora, ya que ambos buscan traer el amor al mundo por medio de su propio sacrificio, aunque la humanidad no lo comprenda.
Me ha encantado. Las moralejas tan poéticas del autor me transmitieron demasíado. El ruiseñor y la rosa es indudablemente un clásico que todos deberíamos de leer.
Trágico y hermoso. Sencillo y profundo. Este cuento, cada una de sus palabras, se clava en el corazón como si se trataran de las espinas del rosal. La simbología del amor verdadero me resulta perfecta. Sacrificado y doloroso, pero felizmente entregado a la causa. Dura crítica a los caprichos materiales y a la gente que ataca con sus burlas vanidosas al verdadero romance. Hay muchos estudiantes ingenuos y lindas muchachas por el mundo, pero ruiseñores... ¡qué triste escasez!
No cabe duda que el amor es una cosa admirable, más preciosa que las esme- raldas y más rara que los ópalos blancos.
porque el amor es más sabio que la filosofía, aunque ésta lo sea. Y más fuerte que el poder, aunque éste también lo sea. Sus alas son color de fuego y su cuerpo color de llama; sus labios son dulces como la miel y su aliento es como el incienso.
Cuanto más acerbo era su dolor, más impetuoso salía su canto, porque cantaba el amor sublimizado por la muerte, el amor que no acaba en la tumba.
...sólo la sangre de un ruiseñor puede enrojecer el corazón el corazón de una rosa.
¿Qué es el corazón de un ruiseñor comparado con el corazón de un hombre enamorado?
Un terrible dolor lo traspasó. Más y más amargo era el dolor, y más y más impetuosa se hacía su canción, porque ahora cantaba el Amor sublimado por la muerte, el Amor que no puede aprisionar la tumba.