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CLÁSICOS UNIVERSALES

EL FANTASMA DE CANTERVILLE Y OTROS CUENTOS

OSCAR WILDE

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Sinopsis de EL FANTASMA DE CANTERVILLE Y OTROS CUENTOS

Algo que puede leerse en los cuentos de Wilde es que bajo la apariencia de fábulas inocentes, reivindican los actos gratuitos, la belleza, se oponen a las exigencias prácticas y políticas y descreen, de manera casi despreocupada, de la moral y las moralejas.

3 reseñas sobre el libro EL FANTASMA DE CANTERVILLE Y OTROS CUENTOS

Si lo terrible que le puede pasar a un humorista es que lo tomen en serio, aún es más terrible para un fantasma que no le tengan miedo. Simon de Canterville es uno de los fantasmas más famosos desde que se tiene registro, junto a otros como el de la Opera, el rey Hamlet y el jinete sin cabeza. También está el fantasma de Napoleón que hizo de las suyas en Sudamérica, sobre el que volveremos más adelante. El antiguo propietario del Castillo de Canterville, hace de las suyas en modo fantasma por más de trescientos años. Arrastra sus cadenas y hace muy feas apariciones aterrorizando a todos quienes se atreven a ser moradores, en esta poco apacible residencia. Hasta que llega a vivir allí una familia norteamericana, que trae otros paradigmas. Al ruido de las cadenas responden con lubricantes y no creen en supersticiones centenarias. Y así sucede que nunca se había visto a un fantasma tan afligido, pues ¡No le temen! Y vaga por el castillo literalmente como un alma en pena. Pero un integrante de la misma familia que lo ha jubilado, le solucionará su verdadero problema. Preciosa lectura y preciosa historia ésta de Wilde, pero no es la única. Esta edición, también trae otros cuentos, algunos de ellos los más famosos –y con justicia- de Oscar Wilde. Me ha permitido ponerme al día, con deudas imperdonables: leer por fin “El Príncipe Feliz”, “El gigante egoísta” y “El cumpleaños de la infanta”. Y once relatos más, y seguramente varios de ellos, seguirán siendo disfrutados por nuevas generaciones como pruebas del ingenio y el talento de Wilde. Y hasta aquí la reseña, porque ahora volvamos al fantasma de Napoleón. Quién siga leyendo, será bajo su propia responsabilidad. Como es sabido, Napoleón luego de ser vencido en Waterloo, huyó disfrazado y escondido en un barco a Sudamérica. Y es un doble el que partió custodiado por los ingleses, desterrado a la isla de Santa Helena. Cuando el corso llega a Argentina, de alguna forma se transforma en asesor militar del General San Martín, durante la guerra de la Independencia. Las crónicas de la época, señalan que.. “un francés bajito, que estaba en el Estado Mayor, no se despegaba de San Martín y era muy impertinente, a tal punto que parecía que él fuera el comandante en jefe” Y debe haber sido así, porque San Martín se aburrió de él y luego de la batalla de Maipú lo desterró a una lejana isla en la Patagonia. No se sabe mucho de esta etapa de la vida del antiguo Emperador, solo que con su bicornio hecho de cuero de nutria, trató una vez de invadir una isla vecina, comandando a los pocos vecinos que tenía. Finalmente murió, y desde entonces fue familiar ver a su fantasma en el promontorio más alto de la isla, con su bicornio puesto y el brazo derecho cruzado debajo de la manta de lana de oveja que llevaba en vida, a la que le había puesto unas charreteras de quilineja en las hombreras. Durante casi doscientos años ha sido un incordio para todos los que han llegado por esos lados. A los explotadores de ciprés de las Guaytecas, por las noches les doblaba el mango de las hachas. A los pescadores, les transformaba los duros remos de madera, en envoltorios de huiro. A los recolectores de mariscos, en las noches les apagaba el fuego y les rompía los canastos. Y ahora último, en una noche tempestuosa rompió las jaulas de cultivo de salmones vecinas a la isla, liberando al oceáno a millones de peces, para deleite de los pescadores, !Qué manera de comer salmones en esos días, aprovechando el bajo precio! y generando enormes multas por el descuido, a las empresas salmoneras. Dicen que hace unos diez años atrás, el fantasma de Napoleón abordó a una niña que al amanecer iba caminando a la escuela, la que ahora existe en la isla Buenaparte y se asombró que la niña no le tuviera miedo. Cuando el fantasma le preguntó, por qué no tenía miedo, la niña le contestó que había leído El fantasma de Canterville, -porque le gustaba leer- y ya sabía que a los fantasmas no había que tenerles miedo. Y además, a él ya lo conocía, porque lo había estudiado en los libros de Historia. Y parece que allí el fantasma pudo por fin descansar. No se le ha vuelto a ver arriba del promontorio con su bicornio puesto, oteando siempre al norte. Gracias a la niña, supo que había alcanzado la inmortalidad. Bueno, estas son las cosas que genera la lectura del Fantasma de Canterville.


Nunca había leído a Óscar Wilde.. es tan Cruel!!!…. Me encantó, me encantaron las historias, unas más que otras pero en general muy buenas, me gustaron, su sarcasmo, la tragedia que inyecta, el dolor, lo romántico y lo cómico, ese humor negro, ácido me mato por completo, fue hilarante, pero a la vez te enseña con sus fábulas buenas lecciones, disfrute mucho este libro con buenas historias!


Esta preciosa edición trae consigo 14 cuentos agridulces (más agrios que dulces), con toques de humor, tintes religiosos, finales sangrientos y duras moralejas. Mis cuentos favoritos son: -"El fantasma de Canterville", la famosa historia de un fantasma que es atormentado por una familia estadounidense. -"El crimen de lord Arthur Savile", un asesinato basado en una absurdidad. -"El príncipe feliz", la historia de la estatua de un príncipe, quien convence a una golondrina para ayudar a su pueblo. -"El pescador y su alma", que narra la historia de un pescador que al enamorarse de una sirena debe renunciar a su alma.


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