Una novela de aventuras e intrigas por el autor de la superventas El inquisidor. Martinvast, Francia, 1788. A Simone Belladonna se le ha encomendado una misión, un encargo de la Biblioteca Real de París. Debe verificar la autenticidad de una primera edición de la Commedia de Dante Alighieri, fechada en 1472, que madame d#Estaing ha recibido en herencia de su difunto marido. El tasador, un avezado «cazador de falsos» de cuya mirada escrutadora nada escapa, descubrirá, sin embargo, mucho más en los sótanos del castillo en los que la viuda atesora el libro. Allí se llevan a cabo prácticas libertinas; obscenas tertulias basadas en los nueve anillos del infierno de Dante cuyo objetivo es aún más oscuro: preparar una trampa a la reina María Antonieta y acabar de una vez y para siempre con la monarquía de los borbones. De la noche a la mañana, y en vísperas de la revolución que lo cambiaría todo, Belladonna se verá inmerso en una conspiración entre las más altas esferas de la política y la sociedad francesas sin otra arma y defensa que su ingenio y su coraje. La crítica ha dicho...«Patricio Sturlese es un narrador deslumbrante.»Bogsyn
Excelente libro que tiene muchos giros inesperados. Me encanta este autor. Lo conocí con el Umbral del Bosque y después leí El Inquisidor y su secuela La Sexta Vía. Ahora leí Jardín de los Ciervos y me encantó. Ojalá publique más libros, valen la pena. Recomiendo
“Todo hombre que se sienta sobre una fortuna inspira confianza, más aún si su trabajo consiste en atraer buenos negocios.”
“que el tiempo es un tirano que avanza de manera ineludible, acorrala a las personas y las derrota mientras las conduce a destinos inesperados; las despoja de los vestidos de la niñez y, más tarde, les arranca los de la juventud, sin detenerse hasta llegar a una tragedia mayor: la vejez y la muerte. El tiempo es, en fin, una sucesión irrepetible de oportunidades; oportunidades que, en muchas ocasiones, por temores o por vicisitudes del destino, las personas malgastan.”
“Los tiempos de carestía y de cebollas siempre han sido patrimonio del pueblo, no de las majestades.”