Una entidad venida del espacio exterior, color no conocido por los humanos. La historia está contada en primera persona por un ingeniero encargado de hacer un estudio para edificar un embalse en un remoto paraje llamado Arkham. Allí encuentra un área de terreno denominada «landa maldita» que es distinta a todas y que le causa extrañas y poco agradables sensaciones.
Impresionante relato. Una sensación creciente de terror que no te expulsa, que te detiene en el lugar hasta conocer que hay allí.
Me ha gustado más que "La llamada de Cthulhu" y eso que esta también me gustó mucho. Voy descubriendo a Lovecraft y cuanto más leo, más me gusta, es muy único. Que capacidad de describir lo indescriptible. De hacerte dudar de si lo que te estás imaginando es así, aunque sabes que probablemente no. Como pasa en los sueños. Tremendamente onírico e immersivo. Si te ha gustado este relato, te recomiendo la película basada en el, "Colour Out of Space". A mi parecer, le hace mucha justicia y sin haber leído el relato me parecía una película sin igual.
Lovecraft, siempre fuera de lo convencional, un gran relato sobre una especie de materia venida del espacio exterior y que se alimenta de vida en una zona denominada "erial maldito"
Una gran muestra de que el horror cósmico tratado por el autor, reta a cualquier consciente sobre lo que hay o no en nuestros limites.
No puedo decir que no es lo que esperaba, un relato corto, conciso y sobretodo atemorizante, es para leer en una sentada. La manera en como fluye la historia, la incomodidad que te hace sentir y el misticismo detrás de todo es increíble, sin duda alguna puro terror cósmico que te deja frío al no saber realmente que está pasando ni como puedes enfrentarte a ello.
La maestría de Lovecraft se constata perfectamente en este relato donde el terror que emana algo que nadie sabe lo que es inunda todas las páginas. La narración en primera persona acentúa esa sensación, le da más intensidad. Prosa perfecta con un manejo magistral de la síntesis, no sobra un párrafo y me atrevería decir que ni una palabra.
“cuando las estrellas no eran propicias, ellos no podían vivir. Pero aunque no pudieran vivir, tampoco morirían realmente.”
El lugar no es bueno para la imaginación, y no aporta sueños tranquilizadores por la noche.
Plantas y arbustos se convirtieron en una siniestra amenaza, creciendo insolentemente en su cromática perversión.
un pavoroso mensajero de unos reinos del infinito situados más allá de la Naturaleza que nosotros conocemos; de unos reinos cuya simple existencia aturde el cerebro con las inmensas posibilidades extracósmicas que ofrece a nuestra imaginación.
el espectroscopio mostró unas brillantes bandas distintas a las de cualquier color conocido del espectro normal, se habló de nuevos elementos, de raras propiedades ópticas, de todas aquellas cosas que los hombres de ciencia suelen decir cuando se enfrentan con lo desconocido.
agrietados y tumefactos labios apenas pudieron murmurar una respuesta final. “Nada…, nada…; el color… quema…; frío y húmedo, pero quema…; vive en el pozo…, lo he visto…, una especie de humo… igual que las flores de la pasada primavera.