La conmovedora historia de un niño sin padre que busca darle voz su propio destino. Del autor, premio Pulitzer, que escribió el fenómeno editorial OPEN. J.R. creció con su madre, pues su padre lo abandonó antes de que pronunciara su primera palabra. Pero J.R. sabe quién es: un DJ de Nueva York que tiene un programa de radio que él escucha con devoción, hasta el día en que su voz sale del aire y J.R. se queda sin nadie a quien escuchar. Encontrará entonces refugio en el amor de su madre y en el Dickens, el bar de su barrio, un sitio donde poetas, policías, apostadores, boxeadores y estrellas de cine tienen una historia que contar. Conmovedor y emocionante, firmado por un premio Pulitzer, El bar de las grandes esperanzas es un libro hermoso que puede leerse como una novela de aprendizaje o como una historia apasionadamente sincera y real.
Una historia coral, entretenida, con un grado importante de ternura, es una historia de no ficción dato importante a tener en cuenta. Me llevo mucho tiempo leerla, como no puedo con mi genio y con mis vicios suelo leer 5 o 6 novelas al mismo tiempo y creo que siempre priorizo las que tienen crímenes por resolver, sangre y misterio. Con todo esto, quiero decir que si tarde demasiado en leerla no es culpa de la novela en si, sino mía. Es un buen libro, aunque no hay crímenes que resolver, o quizás gracias a eso!
Las palabras me ayudaban incluso a organizar a mis padres. Mi madre era la palabra impresa: tangible, presente, real; mientras que mi padre era la palabra hablada: invisible, efímera, convertida al instante en memoria. Había algo reconfortante en aquella simetría rígida.
Hombres. Los necesitaba para que me sirvieran de mentores, de héroes, de modelos a seguir
No sólo en nuestra familia. Hay hombres malos por todas partes. Por eso quiero que tú, cuando crezcas, seas bueno.
—¿Y si se me rompe el corazón? —le pregunté. Ella miró más allá de mi cabeza. —¿Mamá? Gesto inexpresivo. —¿Mamá? Mi madre bajó la vista y me miró. —Sobrevivirás —me dijo.
«Lo más importante y más bonito que puede hacerse en una sociedad civilizada y ordenada es… esperar el turno pacientemente».
Cada libro es un milagro - decía Bill -. Cada libro representa un momento en el que alguien se sentó en silencio ( y ese silencio forma parte del milagro, no te engañes) e intentó contarnos a los demás una historia