COMETIERRA

Es una novela breve. La leí en unas pocas horas. Si no fuera porque debía leerla para un trabajo para la facultad, la hubiese abandonado al llegar la segunda página. Si bien trata temas muy profundos desde una mirada feminista, como es la violencia de género y el femicidio, no me llegó a convencer. Se trata de una escritura muy simple. El momento en que la protagonista tiene relaciones sexuales me dio náuseas. La autora no lo puede haber descrito peor y, más vulgar, imposible. No lo recomiendo para nada.

Lo leí en un día. Terrible, visceral, oscuro... Pero a la vez, ilumina... Lleva a lugares fuertes, a sueños, a pesadillas... El secreto de Cometierra se halla ahí, en sus miedos y en sus anhelos de una vida mejor. Al principio, el relato y su lenguaje pueden resultar un tanto chocantes; pero teniendo en cuenta que es relatado en primera persona y en un contexto de vulnerabilidad, éste se transforma en una de las grandes atracciones de la obra. Me encantó y me enganchó, de principio a fin.

No me gustó. Existe un furor por este libro que no logro entender. La historia se lleva de una manera torpe. Poco elegante, y no tiene tanto que ver con el lenguaje que usó la escritora porque de forma muy correcta empleó el lenguaje más apropiado para el contexto. La historia se mueve de una manera bruta con una trama poco compleja, no se desarrollan ideas, personajes planos totalmente o incompletos, falta de una buena descripción del contexto. No conecte en ningún momento. Jamás. Ni sentimiento me dio.

Una novela ambientada en el conurbano bonaerense más profundo, ese que está hecho de marginalidad, leyendas urbanas y supervivencia, y que echa una mirada al lado B de las investigaciones sobre femicidios a los que ni la ley ni la justicia los alcanza. Una historia que demuestra que en ciertos escenarios, ser mujer es un acto de valentía, donde el miedo le gana al deseo pero también donde el amor florece en medio del horror. Muy, muy buena!

Aún sigo sin saber cómo sentirme respecto a está obra. Es la realidad en la que muchos nos encontramos, y da escalofríos pensar que casi todos los sucesos que se describen en la obra ya los tenemos tan interiorizados que no captamos lo horribles que son. No sé que más puedo decir yo sobre él. Me rompió en distintos momentos, llegué a comprender y sentir conexión con la protagonista y los fuertes sucesos que la roderon. Es un libro fuerte y demasiado entretenido, y de cierta forma revelador. Lo disfruté demasiado, más por sentirlo tan cercano a mi contexto cultural.

23. Cometierra de Dolores Reyes (23 de mayo) Este libro que estaba en mis pendientes de este año trata sobre las múltiples desapariciones de personas, generalmente mujeres, todos los días alrededor del mundo. Un tema muy triste pero que es una terrible realidad de la que nadie está exento. Aquí, la protagonista tiene un don especial: desde niña cuando prueba la tierra relacionada con alguna persona puede saber si está viva o muerta y dónde por lo que, al crecer, cuando el rumor de aquello se va esparciendo, varias personas recurren a ella con botellas llenas de tierra para poder tener noticias sobre sus seres queridos. La historia es envolvente y tiene de todo, situaciones de violencia intrafamiliar, violencia entre jóvenes, cariño de hermanos, amor, desesperación, desasosiego, esperanza en escenarios de pobreza y otros no tanto porque son situaciones que no discriminan a nadie. Por supuesto, que expone también la incompetencia o la falta de empatía de las autoridades por buscar y parar estas acciones tan terribles. Qué darían todas las familias de desaparecidos por tener a alguien como Cometierra que les diga dónde están, para que dejen de pasarse los días enteros con el más grande dolor de no saber nada de la hija, del hermano, de la amiga.

Es una historia sencilla, para leer de un tirón. Contada, de manera cronológica y lineal por una protagonista atormentada por sus visiones, pero a la vez fuerte y decidida. Está destinada a compartir su poder en pos de ayudar a quienes necesiten que ella vea donde muchos no quieren que lo haga.

Está bien escrito, y la historia es buena. De lo contemporáneo argentino es lo mejor que leí este último año. Es refrescante la mirada sobre la marginalidad y la vida en los barrios, sin lugares comunes y con autenticidad.