Sinopsis de AYER
Recuperación de la novela breve de 1995 de la autora de Claus y Lucas. Ayer soplaba un viento conocido. Un viento que ya me había encontrado. Era una primavera precoz. Iba andando al viento con paso decidido, rápido, como todas las mañanas. Sin embargo, tenía ganas de volver a la cama y acostarme de nuevo, inmóvil, sin pensamiento alguno, sin deseo alguno, y quedarme allí acostado hasta el momento en que sintiera aproximarse esa cosa que no es ni voz, ni gusto, ni olor, solamente un recuerdo muy vago, venido de más allá de los límites de la memoria.
15 reseñas sobre el libro AYER
Novela corta, llena de nostalgia, sueños incumplidos y amores que duelen. Con su cadencia poética y economía de palabras, la escritora muestra la vida de un refugiado en alguna ciudad europea. Y en él la de aquellos cuyos pies no tienen raíz. Han dejado su patria y poco bueno les depara la vida. El desamparo de la niñez se transforma en la rutina de un trabajador joven cuyas aspiraciones se resisten dando lugar a la desesperanza y la resignación. Pocas páginas y mucho dolor. ¡Muy buena!
Un personaje desdibujado escribe un diario sobre si mismo en el que se mezclan los sueños y la realidad.Una vida que parece abocada a un destino fatal, aunque al final el personaje pierde su singularidad desdibujándose en uno más, un hombre gris ,un anónimo obrero en una fábrica de relojes El estilo desnudo y tajante,la autenticidad de los sentimientos llegan a lo más desnudo de nuestra alma.
Fiel a su estilo conciso e incisivo, me ha parecido una obra maestra absoluta. En tan pocas páginas crea un mundo desencantado y decadente. Es un personaje extraño, desarraigado. "Extraño" porque no está ubicado en ningún lugar (ni en su lugar de origen ni en su país de exilio). Subyace el contexto histórico del siglo XX (nazismo, comunismo y capitalismo), de ahí su situación mental. Una especie de esquizofrenia angustiosa. Literatura desasosegante. Amo la prosa de Agota Kristof.
#mislecturas2023 #amoleer Ayer. Agota Kristof. Es la primera vez que leo a Agota, llevaba tiempo queriendo la conocer pero nunca encontraba el momento. Me ha subyugado. Es una novela, por cierto extraordinaria, que, con oraciones cortas y elocuentes, cuenta una historia de soledad, amor no correspondido y desarraigo...exilio..violencia...desamor...La economía de palabras de la autora es envidiable, porque en pocas palabras transmite todo el dolor que alberga el protagonista dentro de sí. La historia, además, tiene varios giros, lo que hace que uno quiera seguir leyendo hasta el final. Y lo que en algunos momentos el protagonista aspira se convierte en algo totalmente prosaico. Ayer nos sumerge en la vida de Sandor Lester, un operario que día tras día retoma la rutina de su vida: subir al autobús, fichar en la fábrica, sentarse delante de la máquina y perforar infinitas veces… siempre el mismo agujero, siempre la misma pieza. Sandor es un exiliado solitario, que vive insomne, sin curarse de sus pérdidas, rayando la locura, sin más compañía que la que le proporciona Yolande los sábados por la tarde. Sandor no sabe si trabaja para vivir o vive para trabajar y el poco tiempo libre de que dispone lo pasa escribiendo y soñando en otra vida, la vida de un gran escritor. También piensa en Line, la mujer perfecta. Una mañana, al subir al autobús que lo conduce a la fábrica, aparece Line en carne y huesos. No su invención idealizada, sino la auténtica Line, que sale a su encuentro como un fantasma del pasado. Y hasta ahí puedo contar. Seguiré leyendo a Agota Kristof.
Tremenda escritora. Dentro de cierto espanto y mucha miseria, logra ser muy poetica. Con un final que cierra toda la novela, para mi de una manera brillante e inesperada.
En un relato tan breve, mucha intensidad y temas muy profundos, pero como resumidos, lo que no me permitió sentir ni vivir las desgracias del personaje y todos lo que lo rodean. Como un resumen de una vida desgraciada en pocas hojas.
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FRASES DEL LIBRO AYER
Incluso puedo decir que tuve una infancia feliz, porque no sabía que existieran otras infancias.
En general, me contento con escribir dentro de mi cabeza. Es más fácil. En la cabeza, todo se desarrolla sin dificultad. Pero, en cuanto se escribe, los pensamientos se transforman, se deforman, y todo se vuelve falso.
¿Mañana, ayer, qué quieren decir esas palabras? No existe sino el presente. Unas veces nieva, otras llueve. Luego hay sol, viento. Todo eso es ahora. Eso no ha sido, no será. Eso es. Siempre. De una vez. Porque las cosas viven en mí y no en el tiempo. Y, en mí, todo es presente.
“- No podemos escribir nuestra propia muerte. “Fue el psiquiatra quien me dijo aquello, y estoy de acuerdo con él, porque cuando se está muerto, ya no se puede escribir”.
“En general, me contento con escribir dentro de mi cabeza. Es más fácil. En la cabeza, todo se desarrolla sin dificultad. Pero, en cuanto sé escribe, los pensamientos se transforman, se deforman, y todo se vuelve falso. A causa de las palabras”.
“Incluso puedo decir que tuve una infancia feliz, porque no sabía que existieran otras infancias”.
