UNA BENDICION

Una bendición es el primer libro que leo de Toni Morrison, la primera mujer afroamericana en conseguir un premio nobel. Reconozco que me ha costado, pero no por culpa de esta genial escritora, sino mía. Mi desconocimiento de la época colonial británica en América, unido a la maravillosa prosa poética de Toni Morrison, traducida genialmente por Jordi Fibla, ha influido en que me haya costado entender ciertas partes del libro. He tenido que releer para conseguir ver la brillantez de sus párrafos y las admirables historias e ideas que le rodean. Cinco personajes coprotagonizan esta obra, aunque el hilo conductor sea Florence, una niña negra que adora los zapatos y cuya madre, esclava, consigue que la cangeen, en su lugar, por una deuda. Cinco personas que conviven, cada una ocupando su lugar, y que forman una familia que no lo es. Toni Morrison dedica un tiempo a ponernos en situación sobre cada uno de ellos: Vaarak, un comerciante que hereda unas tierras de un familiar; su esposa de conveniencia, Rebekka; una esclava india, Lina; una joven esclava de escasas luces, en apariencia, Dolor y la ya mencionada Florence. A través de todos ellos seguiremos una historia marcada por la desesperanza, el amor obsesivo, los celos y la dependencia entre ellos. El comienzo de un larguísimo periodo de crueldad y esclavitud acentuada, como no, hacia la mujer esclava. Una bendición ha sido, con seguridad, el primero de muchos otros. He quedado prendada de esta escritora y desde luego no pararé hasta familiarizarme y comprender, a la primera, su maravillosa obra.

Una novela intimista, ambientada en Virginia (EEUU) a fines del siglo XVII, cuando la esclavitud incipiente iba tomando forma y transformándose en un manto asfixiante. A través de personajes mayormente femeninos, Morrison va delineando una visión del concepto de "lo mío" y la esclavitud exteriorizada a través de percepciones muy intimas de mujeres mutando y sintiendo como el entorno se va transformando en un ambiente enrarecido. Novela totalmente fuera de los cliché Hollywoodense en la materia, donde se prepondera el sentir a través de hechos que marcaron y marcan no solo a seres humanos, si no a la naturaleza toda