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Sinopsis de SODOMA Y GOMORRA

Además de revolucionar la narrativa con un estilo sin parangón en la historia de la literatura, Marcel Proust fue el primer autor moderno que exploró abiertamente en su obra el tema de la homosexualidad. Y fue en Sodoma y Gomorra, el cuarto volumen de su magistral En busca del tiempo perdido, donde ahondó con mayor intensidad en el amor homosexual, tanto masculino como femenino. A través de las relaciones sentimentales del barón de Charlus, por un lado, y de la memorable Albertine, por otro, Proust no solo se adentra en las pasiones humanas vinculadas tanto al deseo como a la frustración, sino que también se convierte en un personalísimo cronista de la decadencia de todo un estrato social en la transición de Francia hacia la modernidad del nuevo siglo.

1 reseñas sobre el libro SODOMA Y GOMORRA

"Dar vueltas a todas las ideas posibles sin que entre en ellas nunca la verdad, y cuando menos lo esperamos nos viene de afuera su fuerte pinchazo y nos hiere para siempre". Ya terminado el cuarto volumen de esta obra monumental, sigo sorprendiéndome con la escritura de Proust, me atrapa, me lleva como quiere, me hace dar vueltas, volver a releer diferentes párrafos. Si bien me costó el libro anterior, con las descripciones tan detalladas de las fiestas de la sociedad y los personajes de esa aristocracia tan rancia y decadente, este libro me vuelve a meter de lleno en la historia. En este libro Proust, a través de su protagonista profundiza en las relaciones de pareja, en los celos, la sexualidad, y sobre todo en la homosexualidad tanto masculina como femenina:"Se trata de una raza sobre la que pesa una maldición y que debe vivir con la mentira y el perjurio, puesto que su deseo, lo que representa para toda persona la mayor dulzura de la vida, está considerado, como sabe, punible y vergonzoso, inconfesable.” En este libro Marcel comienza recordando un episodio en las inmediaciones de la casa de la Sra. de Villeparisis en París mientras observa cómo un insecto poliniza una orquídea (no pasar por alto esta imagen). Este episodio marca el tono del libro y narra el encuentro entre el barón de Charlus y Jupien, un encuentro cargado de sexualidad. Así como la duquesa de Guermantes fue la gran protagonista de la tercera parte, en este libro el gran protagonista es el baron de Charlus, hombre mayor y solterón. Si bien sabe disimular sus deseos todo Paris sabe de sus inclinaciones sexuales. Una vez en Balbec, donde Marcel suele veranear, comienza a reunirse con un elenco variopinto de la burguesía local, donde sobresale el personaje de Brichot, un historiador del lugar. Aquí se va a desarrollar la historia de amor entre el barón de Charlus y Morel, un joven soldado músico. En un primer momento pareciera que el baron lo utiliza a su antojo y el soldado saca provecho de la situación, para desencadenar en un amor del barón hacia Morel. En cuanto a Marcel, este reanuda su relación sentimental con Albertina, pero a partir de un suceso comienza a sospechar que ella también pueda ser homosexual. El tema de los celos se hace presente tanto en el baron de Charlus como en Marcel, el no poder manejarlos, la angustia que genera la inseguridad. Todo rodeado del paisaje de Balbec y las reuniones, cenas y paseos con los aristócratas del lugar, que Proust sabe delinear al dedillo, los critica, se burla de ellos. Las charlas banales, el paso del tiempo, el snobismo, son descriptos con lujo de detalle. Como dije, Proust me sigue sorprendiendo.