Esta es la síntesis de una relación personal y política, inmensa mente fecunda. Y es, también, a su manera, la síntesis de este libro. En el año 2003, Néstor Kirchner —todavía candidato a la presidencia de la Nación— y Alberto Fernández —su leal compañero en la construcción de lo que fue después el kirchnerismo— vuelan a Brasil, a entrevistarse por primera vez con el entonces presidente Lula Da Silva. Eran tiempos abismales en la Argentina, de decepciones y horizontes borrados, y el encuentro de Elodia había empezado a hacer pie en la esperanza, con la pasión que solo un hombre como Kirchner sabía y podía poner en la acción. Alberto Fernández fue su jefe de campaña presidencial y después fue su jefe de gabinete durante los más de cuatro años que duró la administración de Kirchner. Fue, también, jefe de campaña de Cristina y su jefe de gabinete en los primeros ocho meses de su gobierno. Renunció a su cargo tras la crisis de la Resolución 125. Conoce como pocos —quizá, como nadie— la forja de un fuerza política que emergió desde el peronismo para ganarse un nombre propio: kirchnerismo. Una manera de gestionar, pensar, dirigir, convocar y hacer, sin antecedentes en la historia del país y que muchos tildaron, con mirada crítica, como políticamente incorrecta. En este libro, sin embargo, esa incorrección es un elogio, porque fue cimiento de un nuevo estilo de liderazgo. Fernández trae a esta páginas a un Kirchner íntimo: audaz, humano, jocoso, desafiante, cabrón, incansable, estadista. Y abre —como nunca antes— el corazón de l indicios del kirchnerismo.