"Si sólo sobreviviera uno de mis libros, querría que fuera A
Memoria, miedo, culpa, vergüenza , son elementos que se entrelazan en esta novela del mexicano Jorge Volpi, que teje un relato real, a manera de ficción, dando voz a los actores particulares , concitando al lector a sentirse parte de este denigrante ejercicio que significa el vil asesinato con la justificación de la guerra. Entreverado con estos dos relatos rememora los cuentos “ infantiles” de origen germánico, con sus crueles finales originales. Sin duda Volpi rompe fronteras, la frontera de la literatura mexicana hecha en México, como escenario, la frontera de la realidad y la ficción, la frontera de una inocencia que no existe con la de la inocencia, que no alcanza a ser cubierta por el hecho de cumplir órdenes, la frontera de el lector como espectador y su participación como actor. Luego entonces, será que todos tenemos parte de la culpa en los hechos que pretendemos solo observar? La historia del batallón de policía 3003 durante la invasión alemana a Polonia y el vil y vulgar asesinato perpetrado bajo el pretexto de cumplir órdenes, bajo el temor de parecer cobardes, bajo la iniquidad de no atreverse a ser justos y conscientes, contado por un Volpi, parte del inovador grupo de escritores autonombrados escritores del Crack, Con mucho que ofrecer en literatura de vanguardia.
Una visita sustanciosa a los más oscuros rincones del alma humana, cuando no se puede explicar la maldad: ¿necesidad imperiosa de seguir las órdenes tal como fueron dadas? ¿Respeto a la jerarquía militar sin dudar ni preguntar, pensar o reflexionar? Pero, ¿no es eso lo que piden los ejércitos y cuerpos militares en todo el mundo? ¿Presión social, sentido del deber? Esta es la explicación sicológica ante la horrenda visión de la maldad. Pero tenemos la vieja recomendación de la abuela: “si todos se tiran al precipicio, ¿también debes seguirlos tú?”, si te invitan a internarte al oscuro bosque oscuro, ¿debes hacerlo?, ¿piensas que es una especie de muestra de hombría? O quizá a algunos los convenzan de que es un deber moral, ¿deveras tienen que dejar que otro les diga lo que está bien o mal?, ¿en realidad creen que debemos convertirnos en un monstruo para convertir a otro monstruo? ¿Y después?, Volpi cierra con el siguiente epitafio: “Y qué fue de ti, lector, nadie supo.”