Es una realidad que los procedimientos tocúrgicos "clásicos" han ido perdiendo predicamento en la práctica clínica habitual, propiciando una evolución inversa en forma de espiral, que hace que cuando menos se ejercita menos se sabe, y por lo tanto menos se puede aplicar por falta de conocimiento. Se ha llegado a un nivel de elementalidad tan intolerable que la obstetricia se reduce o bien a asistir un parto espontáneo o realizar una cesárea. Este tipo de proceder ya está evidenciando sus consecuencias. Es por ello, que parece oportuno revitalizar la ortodoxia de la asistencia obstétrica, y a la luz de los conocimientos actuales, analizar y explicar las distintas modalidades tocúrgicas diseñadas para la solución de problemas específicos, siempre con una liturgias y condicionantes determinados.