LOS SUICIDAS

'Los Suicidas' de Antonio Di Benedetto es una novela muy interesante de leer. Más allá de la temática que esconde cierto halo de misterio, interrogante y morbo lo que hace a este libro distinto a todo lo que he leído es la forma en la que el autor trata a este tema tan complejo desde distintas aristas. Es posible que esto se deba a que tanto Di Benedetti como el protagonista del libro ambos son periodistas. La trama se trata de Marcelo un hombre con una historia personal marcada por una tragedia familiar ya que su padre y varios tíos decidieron quitarse la vida. Sucede que un día llega su jefe en la redacción donde trabaja y pone sobre el escritorio fotos de tres personas que tenían algo en común: todos eran suicidas. Inmediatamente al protagonista se le presenta la siguiente interrogante: ¿Qué es lo que lleva a alguien que elige suicidarse tiene una expresión de terror en la mirada y al mismo tiempo una sonrisa placentera? ¿Sería este trabajo de investigación para él una especie de designio que se atravesaba en su destino? Lo cierto es que a partir de ese momento Marcelo y un grupo de colegas de profesión se involucran en la investigación de distintos casos trágicos que forman parte de la comunidad en donde viven con el objetivo de presentar una nota de interés general. De Benedetti hace gala de variados recursos de su experiencia como periodista y presenta un libro cuyos diálogos directos, francos y milimalistas dan contexto a la historia. Además otro punto interesante para destacar es que al tema del suicidio se lo analiza a través de distintas frases célebres, definiciones académicas y puntos de vistas teológicos y filosóficos distribuidos en una novela muy humana que aborda con maestría delicados temas existenciales.

La novela abre con el siguiente epígrafe: Todos los hombres sanos han pensado en su propio suicidio alguna vez de Albert Camus. Casualmente el gran, y entrañable, Camus falleció hace exactamente hace 60 años. La novela que, con una estructura media policial, pone sobre la mesa reflexiones morales, psicológicas, religiosas y sociales sobre la pertinencia o no de quitarse la vida, tiene una prosa calculadamente clara, sin adornos, como es el estilo de Di Benedetto. De su trilogía Zama (la espera), El silenciero (el ruido material y existencial) y Los suicidas (la muerte por mano propia) trazan un análisis hondamente moral, existencial y metafísico. Como escribió Camus, en el Mito de Sísifo, todos, o casi todos, hemos pensado alguna vez en suicidarnos. Un buen día fallece de una terrible enfermedad, en un accidente o simplemente asesinado, el ser que más queremos. De pronto perdemos el trabajo y, de vivir con decencia, pasamos a le mendicidad. Nos estalla una guerra en la cara, el mundo es cada vez más violento, la vida cada vez más difícil y cara. Surge la pregunta ¿vale la pena continuar? ¿para qué, para quién? ¿podemos encontrar un motivo realista, alguna certeza, alguna esperanza en esta incomprensible y miserable existencia? Alguien arguyó una respuesta muy concreta: vivir es un mandato. Será por eso que E. M. Cioran, a pesar de querer suicidarse a los 30 años años, murió de muerte natural y soporto la existencia hasta los 84 años. Esta incomprensible existencia me deja siempre más preguntas que respuestas

La pulsión por la muerte está grabada en la vida del protagonista, un redactor que junto a su compañera fotógrafa (con quien mantiene un affaire sexual) tienen el encargo de una serie de artículos sobre suicidios. Luego de hurgar en los motivos de su material primo, explorar las posiciones filosóficas, literarias y religiosas sobre la decisión de acabar con la propia vida, resuelven cometer un pacto suicida. En la justificación del plan, invierten la carga de la cuestión: en vez de por qué no suicidarse, tratan de pensar por qué no. La promesa sirve como el final de los tormentos, pero seguramente no de la manera que uno aquí podría estar imaginando. Una novela temeraria del autor, pues el suicidio y rozar las razones en favor de ello es también un tema tabú en la literatura.

A un periodista se le asigna escribir una nota sobre tres fotografías peculiares: cada una de las personas retratadas está muerta, cada una de ellas se suicidó. Es un tema sensible para el protagonista: su padre se mató a los treinta y tres años, y a él le faltan pocas semanas para cumplir esa edad. Teme o quizás espera repetir sus pasos. Así que, en parte por su trabajo, en parte por motivos propios, busca información y opiniones sobre el tema, trata de documentar algunos suicidios de su ciudad y acaba por descubrir un misterio relacionado con una de las fotos. Es una historia que podría ser policial, pero en lugar de eso se torna existencialista. Con un estilo parco, de oraciones y frases cortas, Di Benedetto aprovecha esta novela para reflexionar sobre el suicidio, enlazando ideas a favor y en contra, pero sin tomar partido, dejando que la muerte se mueva cerca de sus personajes, como invitación y como advertencia.