EL SILENCIERO

“De silencio fuimos y al polvo del silencio volveremos”. Al protagonista de esta novela lo atormenta el ruido. Todo empieza cuando instalan un taller mecánico en la casa de al lado: detrás de la pared de su cuarto suenan todo tipo de máquinas. A eso se van sumando diferentes ruidos: las radios con su “música impuesta”, los kioscos que se abren frente a su casa y toda la bulla de los camiones y los vendedores, etc. No le queda más opción que irse. Peregrina de una pensión a otra, siempre encontrando un ruido que lo moleste: desde el piano mal tocado por la hija de la vecina hasta las fiestas que se arman en la calle. Todo quiebra su paz y le impide el descanso. Usar tapones no es suficiente, denunciar el ruido ante las autoridades tampoco. Hay un aire un poco kafkiano en toda esta novela, algo en la imposibilidad de escapar del ruido, que al final parece provenir del protagonista mismo, que lo acompaña siempre y del que no podrá escapar por más que sus acciones lo lleven hasta las últimas consecuencias.

"A Zama le siguieron dos novelas más y varias colecciones de ficciones breves. El más interesante de estos trabajos es El silenciero, la historia de un hombre (nunca nombrado) que intenta escribir un libro pero que no logra escucharse a sí mismo pensar por el ruido de la ciudad. Su obsesión con el ruido lo consume, eventualmente volviéndolo loco. Publicada en 1964, la novela fue revisada profusamente en 1975 para dar a las reflexiones sobre el ruido una profundidad más filosófica (Schopenhauer aparece aquí prominentemente), y para prevenir cualquier lectura simplista o sociológica. En su edición revisada, el ruido adquiere una dimensión metafísica: el protagonista se ve atrapado en la búsqueda irrealizable del silencio primordial que precede al lógos divino que trajo el mundo al ser. El silenciero va más allá que Zama en el uso de la lógica asociativa de sueños y fantasías como conducción narrativa. Tanto como una novela de ideas que incluye ideas sobre cómo se puede escribir una novela, como también en su recorrido místico, El silenciero muy probablemente estableció la dirección que Di Benedetto habría seguido como escritor: escribir historias no intervenidas." A Great Writer We Should Know - J. M. Coetzee "Cuando entré a la discoteca sentí que me enfermaba. La música a todo volumen, la muchedumbre bailando y jadeando al ritmo de ese incompresible ruido que ellos llaman música. Las malditas luces que se paseaban por todos los cuerpos, las pantallas en las paredes exhibiendo vídeos sicodélicos creando un ambiente aún más caótico e infernal. Para mí era algo así como el infierno de Dante. Siempre deteste el ruido, la bulla, la jarana, las muchedumbres, es por eso que siempre huí de las fiestas, discotecas o similares, nunca soporté la euforia colectiva. Siempre amé la soledad, el delicioso silencio. Lo más que soporté fue la tertulia con algún buen amigo o amiga, la charla suave, pero no por mucho tiempo, porque luego de algunas horas embrutecía." Extracto del cuento Excomunión - autor desconocido

Si no fuera por el ruido… ¿El apego exagerado al silencio o la excusa sonora como hábito? La obsesión temporaria de un hombre se vuelve permanente cuando cualquier sonido, en su mínima expresión, se convierte en un elemento hostil. El nivel de detalle de las decripciones puede oirse…¡Lo juro!

Escritor maravilloso. Este libro lo postergue muchas veces. Pero es bueno hasta en el nombre. Una joya