LOS RESTOS DEL DIA

En lo que resta del día debo describir; la muy agradable manera de escribir de Ishiguro, el uso del monólogo de manera tan elegantemente discreta, la ponderación de la dignidad de un hombre por sobre todo, el respeto a su profesión, que va aunado a su incapacidad para tomar acciones, decisiones o soluciones que no competen a su estatus y por ende pueden comprometerlo a el mismo. Mencionar ademas, la justificación de sus actos y omisiones en atención a esta dignidad, tan hierática, espartana y flemática, que tanto se atribuye a los ingleses. No se puede poner una justificación y al mismo tiempo emitir un juicio, en abierto desdén a esto , Mister Stevens, mayordomo de toda la vida, estoicamente leal, al servicio de Lord Darlington, narra anécdotas de la vida de ambos y de Miss Kenton, ama de llaves, siempre prendada de él, él siempre prendado de ella. Lord Darlington, pro Nazi activo, es justificado, e incluso considerado por Stevens, al mencionar que “ un mayordomo no puede intervenir en las decisiones, acciones e ideas de quien lo contrata “. Como diría Balduino, el Leproso ( cita requiere confirmación) “ cuando quien te mueve son reyes u hombres de poder debes proteger tu alma “ Y todo ello sucede en un corto viaje, al final de su carrera, tras el fallecimiento de Darlington en busca de reencontrarse con Miss Kenton, con el pretexto de recontratarla. Aunque es más un viaje de reencuentro consigo mismo, tratando de dar sentido a una vida que aparentemente nunca lo tuvo, donde nunca hubo espacio para otra persona y menos aún para el amor. Y otorgar relevancia, a -lo que resta del día, o de su vida - Genial la prosa de Ishiguro, el manejo del monólogo, triste y deprimente el sinsentido de la vida que no alivia ni la perfección de la obra de Dios manifestada en la campiña inglesa. La película buena a secas, pero extraordinario Sir Anthony Hopkins en el papel de Stevens.

LOS RESTOS DEL DÍA (Kazuo Ishiguro) Recuerdo que cuando se estrenó la adaptación cinematográfica de esta novela histórica que yo no conocía como tal, me dejó fascinada. Muchos, muchísimos años más tarde de que se hubiera convertido en una de mis películas favoritas, por fin, leí la obra en la que se inspiró y creo que, como pocas veces me ocurre, esta vez sí puedo concluir que la adaptación le hace verdadera justicia a la novela. Me ha parecido una lectura deliciosa que consta de una prosa exquisita, fundida en un monólogo íntimo, elegante y muy cuidado acerca de los recuerdos del mayordomo de un aristócrata, ya fallecido. Al abrigo de sus páginas he sentido mucha paz. Realmente como si fuera la confidente de Mr. Stevens, un ser humano básicamente leal a Lord Darlington a pesar de que iremos descubriendo lo que esa lealtad implica, pues abarca decisiones verdaderamente trascendentes a muchos niveles. Mr. Stevens con su característica flema británica y unos férreos valores que lo distancian de sus verdaderos sentimientos, nos ofrece una panorámica psicológica, histórica, sociológica y costumbrista tan rica en matices y detalles, que nos convierte en cómplices extasiados de las tribulaciones de sus recuerdos, mientras realiza un viaje interno y externo por la Campiña inglesa. Algo que me ha llamado la atención es uno de los momentos culminantes de su cruzada, cuando mira atrás y llega a poner en duda, ya despojado de su arrogante humildad, si realmente, asfixiar sus sentimientos en pos del deber, ha sido la opción más adecuada a lo largo de toda su vida y en lo que también se refiere a su ambigua relación con Ms. Kenton. Otro tema muy interesante para mi es la evolución del concepto de dignidad que plantea a lo largo de todas sus páginas. No conozco al autor más que por esta joya y voy a seguir leyendo todo lo que haya escrito.

253 páginas. Me pareció un libro entretenido, muy bien escrito, elegante y sin excesos. Por ratos lento y por ratos conmovedor. Pero el libro, todo, es como si uno se entrará, a escondidas, cada noche, y robará el diario de alguien y leyera lo que ha escrito. Al leer el diario de una persona llegas a conocerla, a veces más, que en el trato diario. Eso pasa con mister Stevens, cuando lees "su diario" a escondidas, llegas a conocer sus emociones; esas que, al ser un excelente mayordomo y que dicho sea de paso es su único anhelo en la vida, no deja asomar nunca.

Me pareció un libro muy entretenido, narra la vida de un mayordomo que cuenta anécdotas de su profesión. Qué bien escribe Ishiguro, elegante y sin artificios. Las discusiones de Mr. Stevens con Miss Kenton, el ama de llaves, son hilarantes. Recomiendo, no se lo pierdan. El libro obtuvo el premio Man Booker.

Los restos del día es una novela escrita en la piel de un mayordomo, Mister Stevens, que adora su trabajo y se orgullece del mismo. Por eso le presta absoluta atención a sus tareas. El nuevo dueño de la mansión donde sirve le propone hacer un viaje en coche por Inglaterra aprovechando la salida del señor. Incluso le pagaría la gasolina. Tras pensarlo bien, Stevens decide emprender el viaje e ir a visitar a la antigua ama de llaves. Este viaje está repleto de reflexiones del personaje principal, y, a menudo, recuerda anécdotas de su anterior señor y de la ama de llaves de aquella época. Es cierto que la novela carece de acción y que, en ocasiones, es bastante lenta. (No hay nada malo en la lentitud de las novelas, estamos acostumbrados a la acción, a los sucesos rápidos, pero la realidad es que, a veces, necesitamos pausa). Sobre la hilaridad de la obra: personalmente, no la he encontrado. Puede que no esté acostumbrado al humor inglés.

Narrado en primera persona, Mr. Stevens, el mayordomo, reflexiona sobre varios pasajes importantes en su vida a los que en su momento no le dio importancia pues lo crucial era servir con dignidad, siempre con dignidad sobre todo y sobre todos. Es una historia muy emotiva y repleta de reflexiones. ¡Que delicia de lectura!

Lo dejé de leer a la mitad a pesar de que es un libro que está bien escrito porque el tema me parecía lento y aburrido Es algo que me sorprendió pues acabo de leer su novela Klara y el sol que me encantó

Esplendida descripción de la flema inglesa a través de la vida de un mayordomo que sorprende por la interioridad de su pensamiento en relación a los grandes señores a los que sirve. Muy especial y sorprendente.