LOS MILAGROS PROHIBIDOS

Ahora que La Palma, la tierra de mi familia "política" y mi segunda casa, es abierta en canal por un río de lava y ceniza y yo lo tengo que ver por televisión a miles de kilómetros de distancia, necesito volver a su paisaje volcánico aunque sea a través de los libros. Y maquear una antigua reseña de un libro maravilloso ambientado en la isla es una de las terapias que he encontrado. Leí "Los milagros prohibidos" justo antes de mi primer viaje a La Palma porque quería llegar con la lección aprendida. No tenía mayores pretensiones, pero encontré un libro excepcional. A primera vista puede parecer una novela más de ese terrible periodo de la historia de España llamado Guerra Civil. Es eso, pero es mucho más. Y ese añadido que la diferencia de otras novelas guerracivilistas nos lo ofrece principalmente su escenario, La Palma. En Canarias no hubo guerra como tal (de hecho, Franco salió de allí), así que no vamos a encontrar batallas ni bombardeos en sus páginas, pero sí una brutal represión desde el primer momento. Una represión que es si cabe más brutal porque La Palma, al contrario que el resto de islas, sí permanece fiel a la República durante una semana llamada "Semana Roja". Una isla tradicionalmente pobre, en la que muchos obreros y agricultores pusieron sus esperanzas en esa República para salir de la miseria y de la explotación de caciques y señoritos. Un "milagro" que, como dice el título, queda prohibido por los que en el fondo seguían mandando (y siguen mandando hoy en día en buena medida). Ravelo, que se sale de su género habitual (la novela negra), aunque algo mantiene, se sirve de un triángulo amoroso para contar cómo el golpe fascista destrozó tantas familias. Un maestro republicano y un falangista palmero lleno de rencor pugnan por el amor de una mujer, a su vez hija de un masón perseguido por los nuevos dueños de la isla y del país. La novela relata la huida de ese maestro junto a un obrero comunista un poco bruto (extraña pareja que deberá aprender a entenderse para salvar su pellejo), perseguidos por unos falangistas con tal ansia de venganza y de tomarse la justicia por su mano que incluso llegaban a horrorizar a los propios militares y guardiaciviles. Y mucho peor cuando uno de los fugitivos "te ha levantado" al amor de tu vida. Una historia en la que la protagonista es La Palma, que muestra por qué la llaman "la Isla Bonita". Donde se mezcla el colorido de la ciudad colonial de Santa Cruz de La Palma con el carácter agreste, escarpado de la isla, que los fugitivos deberán recorrer en su huida, incluida la zona de la erupción. Una huida que huele a drago, plátano y laurisilva. Y otra cosa que la diferencia es que el autor no es equidistante, toma partido, no se corta un pelo de llamar hijo de p*ta a quien le parece. Además, Ravelo se caracteriza por el uso de un lenguaje muy directo. A veces, uno agradece salir del narrador distante y que se mojen hasta el fondo. Con libertad, pero con argumentos, ya que ello le sirve para hacer profundas y muy acertadas reflexiones sobre la injusticia. Me quedo con esta frase: "y después de repartida la miseria, aún sobró". En fin, cuento los días para que todo esto pase y poder volver 🤞 (17 de febrero de 2020. Rehecho tras la erupción del volcán)

Una novela que, aunque no sea histórica, sí nos relata cómo vivieron los vencidos de la Guerra Civil cuando desembarcaron los “alzados” en la isla de La Palma. Nos muestra el miedo, el hambre, las envidias, el rencor, tanto odio como hasta para matar al propio vecino o amigo. Aunque también hay compañerismo hasta de quien menos esperas, y, cómo no, amor. Una novela para reflexionar, sobre todo en los momentos que estamos viviendo. Muy buena ambientación, detallando todos los parajes de la isla por los que algunos de los personajes tienen que huir de sus perseguidores. Para mí ha sido un descubrimiento muy agradable puesto que no conozco la isla. Una muy buena novela para conocer un poco más sobre esa triste contienda. 15/Julio/2023