LOS ENSAYOS

LOS ENSAYOS - Michel de Montaigne Termino esta lectura con el sentimiento de haber descubierto un libro de cabecera, de esos a los que vuelves una y otra vez con el paso del tiempo y que te acompañan para el resto de tu vida. No he sentido que fuera una lectura extensa aunque el número de páginas así lo pareciera. Muy al contrario, he paseado cómoda por el pensamiento de Montaigne que reitera una y otra vez la finalidad de su libro como una forma de conocerse y conocerle. Quizá esta forma de plasmar en papel el pensamiento que le suscitaba cada hecho de su vida, la reflexión sobre los más variados temas es algo perdido en nuestros días. Sin duda una invitación a pensar, a conocer la vida y el mundo. Un camino de vida en la aceptación de la vejez, la enfermedad o la muerte. Me supongo que no todo el mundo es capaz de dejarse llevar por las reflexiones de Montaigne, de acompañarlo en el discurrir de su pensamiento. Pero muchos antes que yo sí lo hicieron y espero que muchos otros lo hagan en el futuro. Quien se atreva al reto no quedará defraudado y como los que nos precedieron volverán una y otra vez a sus páginas hasta el final de sus días. Este libro marca mi camino hacia Cicerón, Séneca, Lucrecio, Ovidio entre otros. De las miles de frases que invitan a la reflexión en este libro elijo una de las finales de Plutarco: "Eres Dios en la medida que te reconoces hombre ". Y entre las sentencias de las vigas de su gabinete con una frase de Lucrecio que me lleva directamente hacia Giordano Bruno: "Todas las cosas, con el cielo, la tierra y el mar, nada son en comparación con la inmensa suma del todo".