Clara tiene 35 años; pluriempleada, divorciada, con dos niños y en crisis con todo lo que le rodea: el trabajo en una productora de televisión, su ex marido, los hijos, el sexo... Leyendo las cosas que le pasan a Clara es difícil no reír e imposible no emocionarse.Una mujer en el mundo es una novela.
Mi suegra es una mujer que me cae bien, aunque no la puedo soportar. Reconozco que Elisa es una suegra fantástica, pero para ser la suegra de otra."