Al comenzar el siglo XIX, conforme se difundían los ecos de las revoluciones norteamericana y francesa y Europa se hallaba sumida en las guerras napoleónicas la situación política en las colonias del imperio español se torno inestable. Los representantes españoles reclamaban antes las Cortes de Cádiz el mismo estátus jurídico que los peninsulares. La corona no supo entender el reclamo, lo que provoco una airada respuesta de los representantes americanos que, a su tiempo, se tradujo en el fortalecimiento de los movimientos secesionista ya activos en el Nuevo Mundo.