El mundo se muere de hambre. La agricultura industrial, dominada por transgénicos y pesticidas, es incapaz de abastecer al planeta. Otra agricultura sostenible, agroecológica, es posible. Existen ya experiencias que demuestran que esta otra forma de producción es viable. Consumir es un acto político. Urge cambiar el sistema: de la semilla al mercado. La alimentación mundial no puede seguir en manos de especuladores y grandes distribuidores.