LA TERNERA

LA TERNERA Historia contada con una voz sorda. Gritando en un espacio estrecho, sin espacio para salir. Espacio sofocante que comprime el espíritu de una niña, que poco a poco va quedando sin voz para expresar lo que le sucede. Por el simple hecho de sentirse invisible ante los demás (madre y padre), por miedo o desconocimiento, confusión. La ternera, el sacrificio de un abusador desdibujado pero que, se vislumbra con facilidad, porque la autora lo dibuja sin rostro, sin nombre. Deja abierto quien puede ser, tal vez sea porque puede ser cualquiera. El estilo presentado en esta pequeña lectura (pequeña como la ternera, una niña de cinco años) es propio, nada explícito, sin embargo, concreto y directo, siendo este el rasgo distintivo. Esta escrito para que imagines, para hacer visible una realidad cercana, para pensar, meditar, reflexionar.

Libro que trata un tema tan triste, aterrador y sucio como son los abusos infantiles, algo tan duro, repugnante, aberrante e inexplicable puede llegar a ser bello en su narrativa? Si, y se ha conseguido con una prosa bellísima, delicada, que acunando con sus palabras el dolor y el silencio de la protagonista con tan solo 5 años, nos hace testigos de su sufrimiento y su dolor, el físico y el más duro el del alma que lo lleva en silencio. Estamos ante la historia de una niña que usa a la ternera como metáfora de su propia vida, viéndose como un tierno ser que va al matadero sin defensa posible y que usa dicha metáfora para narrar en primera persona su terror. Somos testigos de sus pensamientos, no compartidos con nadie simplemente con su soledad, redactados en capítulos breves y en tan solo 128 páginas, pero suficientes para comprender y tomar consciencia de la historia de infinidad de niños que por miedo o vergüenza viven su sufrimiento de manera individual y solitaria sin poder entender porque ellos.

Una brevísima novela que aborda un hecho atemporal, que trasciende el ámbito privado donde se desarrolla y que sucede (sucedió y está sucediendo ahora) en cualquier geografía espacial, social y económica. Un hecho aberrante. El peor de los hechos. La leí con el corazón estrujado, con lágrimas en los ojos, con el pecho cerrado, dominada por la angustia, la impotencia y preguntándome ¿por qué? Porqué el horror. Porqué el silencio. Porqué la ceguera. Porqué ella. Porqué nosotras. Porqué todas. Porqué. No tengo respuestas. Sigo llorando. EXCELENTE, EXCELENTE Y MUY RECOMENDABLE!

Corto e intenso... y muy triste,

Admiro, inmensamente, la talentosa capacidad de Aurora Freijo para conectar la belleza y lo terrible. Esta historia está tan bien escrita y el tema tan bien tratado, que su don comunicativo y su observación la convierten en una de las cabezas pensantes y sintientes que la sociedad necesita. La fuerza de la historia duele mucho. También, la densa soledad. Su escritura poética me apasiona. Que las palabras digan más de lo que dicen dejando a nuestra mente crear libremente asociaciones. Soy muy de símbolos. Aquí se lee mucha simbología. Confieso que ahora siento repulsión por la carne, al igual que la protagonista. ¿Me estaré negando a comer carne como acto de resistencia? Capítulos cortos, metáforas y descripciones justas. Conjunto imprescindible para que no sueltes la mano de esta pequeña. Tu yo de cinco años aparece y quiere sentarse a su lado, en el colegio o en el autobús, para que sienta que no está sola. Y tu yo adulto se traga las lágrimas. Mientras que el padre es dopamina y oxitocina para su hija, la madre es el cordón umbilical despistado que se entretiene con lo que no debe. Sus infantiles ojos buscan un gesto o un sonido en esos padres que no se dan cuenta de lo que está sucediendo, durante las horas de merienda, en el piso vecino. Tan pequeña que no sabe por qué le sucede eso que ha impuesto el silencio más grande. Tan lejos de la normalidad de su tiempo de niña. El peligro de aceptar cualquier trato por parte del adulto acecha en esa pequeña edad, en la que no sabes exactamente cómo debes ser tratada. Cerrar los ojos no hará que estos hechos no ocurran más veces de lo que nos imaginamos. Que no se los trague el silencio. Despertar es necesario. Leer sobre este tema, incómodo y doloroso, es el primer paso que podemos dar. "Papá no sabe nada de su cazador porque tiene que ausentarse para trabajar. No está en casa para vigilar a los cachorros. Ni sabe que a veces le roban uno un rato para, después de manosearlo, devolverlo al mismo sitio".

Una novela de capítulos cortos escritos en 3ra persona, con imágenes y metáforas que permiten expresar el horror sin disfrazarlo. Con estilo poético, nos propone un poema del espanto, a ritmo duro y potente como martillazos. La analogía resulta demoledora, una ternera para el carnicero con su soledad infinita, aplastada en el silencio que nunca acaba. Dolorosa, fuerte, necesaria. Una lectura que golpea en el pecho y obliga a contener la respiración por la contundente realidad de su relato. Ahoga, angustia y deja sin palabras porque sobran. Basta decir...¡léanla! ¡¡Muy buena!!