Situada, como buena parte de sus obras, en la ciudad-mito de Santa María, la novela narra una serie de hechos que sacuden violentamente las vidas aletargadas de sus habitantes… Culpas reales o imaginarias, fruto de un crimen biológico o de un suicidio, sucesos de los que parte Onetti para explorar una vez más, con su particular maestría, los abismos de la personalidad humana.
Onetti es mágico, es una especie de Borges uruguayo que "ensaya" en la ficción toda vez que puede, aquí una muestra: "Que el tiempo no existe por sí mismo es demostrable; es hijo del movimiento y si éste dejara de moverse no tendríamos tiempo ni desgaste ni principios ni finales. En literatura tiempo se escribe siempre con mayúscula." “La libertad es un aire habitual, sin perfumes exóticos, que se respira junto con el oxígeno sin pensarlo, pero conscientes de que existe.”