Abstenerse por completo. No es una obra de Dumas, pretende ser una secuela de El conde de Montecristo, de pobre argumento y que no respeta en ningún caso los trazos de los personajes originales. Escrita originalmente en portugués por A. Hogan, le ha sido adjudicada a Dumas en ediciones antiguas de habla hispana por razones comerciales. Incomprensible que en pleno siglo XXI persista el "error".