Una isla perdida en el mar del Norte. El temporal se cierne sobre St. Kilda y casi todos han huido en el último ferry. No quedan en la isla más de cincuenta personas, entre ellos Carmen, una mujer española que trabaja en el pequeño hotel local, y un puñado de pescadores. Serán ellos quienes encuentren un misterioso contenedor metálico junto a los acantilados. Una extraña caja traída por las olas. A través de unos personajes llenos de matices y secretos, atrapados en el corazón de la tormenta, Mikel Santiago nos plantea la pregunta que sobrevuela cada página de la novela... ¿Hasta dónde estarías dispuesto a llegar para sobrevivir?
Me ha robado unas cuantas horas de sueño. Una pequeña isla, una tormenta, un objeto misterioso y unos isleños un tanto singulares. Con estos elementos Mikel Santiago crea una adictiva e interesante novela en la que se masca la tensión en cada página y que realmente cuesta dejar de leer. A mí me ha robado unas cuantas horas de sueño. Es una historia coral contada desde diferentes puntos de vista, que combina la primera y la tercera persona. Los personajes están muy bien definidos, además, conforme avanza la trama, se van desgranando sus miedos, sus miserias y su auténtica personalidad , esa que solo aflora en las situaciones más difíciles. En definitiva un libro totalmente recomendable, ahora queda decidir cuál va a ser la siguiente novela de Mikel Santiago que me voy a leer.
Primer libro que me leo de Mikel Santiago y, según reseñas, parece que es el más flojo del escritor. Pues me ha gustado, de fácil lectura y sí que mantiene el suspense hasta el final. Seguiré leyendo a Mikel, a ver el resto!!!
Lectura ágil como todas las de este autor que te hacen meterte de lleno en el libro, pero en mi opinión está es la que menos me ha gustado, seguramente por su final.
Historia que se lee en una sentada, para disfrutarla un día de lluvia. Los personajes son del tipo contemporáneo, con respuestas y salidas para todo, sin distinción de edad. Los buenos y los malos quedan claros desde el principio.
El tiempo es una puta invención de la mente que a veces es útil, pero en otras ocasiones te destruye