En este libro se realiza un recorrido histórico por las diversas categorías que, como las de 'raza' o 'etnia', han sustentado la división asimétrica de los grupos humanos, situándolas en el contexto histórico y científico de su producción. El objetivo es demostrar que tales divisiones y sus repercusiones, ya sean científicas o profanas, no forman parte de la 'naturaleza' de las cosas (aquí, de la vida de los seres humanos), sino que son el resultado concreto de condiciones e intereses históricos precisos. A partir de ahí se plantea tanto la historicidad del pensamiento racista, como la posibilidad de que éste sea contrarrestado a partir de un pensamiento alternativo, que debe tener como base uno de nuestros principales instrumentos socializadores, es decir, los procesos educativos, generando nuevas formas de percepción y actuación sociales que permitan evitar tanto la exclusión de determinados grupos humanos, como que sus relaciones se vean determinadas por supuestos "choques entre civilizaciones". Justo cuando las sociedades occidentales se encuentran inmersas en un profundo debate en torno al tratamiento de las cuestiones derivadas de la presencia de personas y grupos socioculturalmente distintos, las respuestas a estas situaciones -encarnadas hoy en las poblaciones inmigrantes- siguen dividiendo a sus opiniones públicas.