Sinopsis de LA COLMENA

Visión sintetizadora y cargada de significación que el narrador tiene del Madrid de los años 40. La obra de Camilo José Cela llena gran parte de la literatura española de los últimos cincuenta años. Desde el principio, y sin necesidad de someterse a ningún control ideológico, supo separarse de la España oficial y escribir unas críticas que pusieron de manifiesto el desánimo y la miseria económica y social en que había sumido al país el nuevo régimen. Aunque el autor tiene interés por presentar su obra como testimonio y opta por escoger los aspectos ásperos, entrañables y dolorosos, Cela no se limita a registrar unos hechos, sino que realiza una importante elaboración literaria.

24 reseñas sobre el libro LA COLMENA

Qué brutalidad de libro, el título del libro es perfecto. Cela con un lenguaje cotidiano, pero muy rico, con un sentido del humor satírico y un ritmo sin un respiro, nos mete de lleno en esa España que algunos rancios hoy en día echan de menos, a primera vista parece que no cuenta nada, pero hay muchísimo, pobreza, envidia, celos, todo tipo de desgracias y algún amor. En lo sencillo en apariencia, está lo difícil. No le deis importancia si se te pierde algún personaje de la historia, ya volverá por sí solo


Indiscutiblemente Cela es un genio redactando pero en la colmena esperaba algo que ocurriría al final pero es igual que el viaje a la Alcarria,


Cela escribió La colmena entre el Madrid de 1945 y el Cebreros de 1950. Cinco años de idas, venidas, correcciones, reeescrituras, más revisiones e incluso luchas contra la censura franquista. Cinco años en los que debió volverse loco encajando las piezas de un puzzle cuya resolución, me temo, solo conoció y conoce él, incluso más de medio siglo después de regalarnos una obra inmortal por varios motivos. Cerca de trescientos personajes en apenas trescientas páginas. Ahí es nada. Tres días. Una ciudad. Sexo, mucho sexo. Prostitución. Homosexualidad. Miseria. Una técnica narrativa que combina el narrador omnisciente clásico y otro, bien diferente, que comenta las actitudes de sus personajes, llegando en no pocas ocasiones a ironizar sobre ellos e incluso a burlarse de ellos. Pero, vayamos por partes. La obra vio la luz en 1951 en Buenos Aires. En España tardó cuatro años en conseguir ganar la última batalla a la censura franquista. Las causas: las continuas referencias al sexo, el ambiente de prostitución y homosexualidad, la miseria de Madrid que presentaba. Aspectos que, en suma, no decían nada bueno de la España de la época. Un verdadero escándalo. Además, la novela no tiene un hilo argumental establecido. Más bien, es la suma de una gran multitud de escenas que en ocasiones nada tienen que ver entre sí. Anécdotas que acaban por conformar un conjunto de vidas cruzadas a modo de celdas de colmena. Una colmena --no se me ocurre un título mejor para esta novela--, la Madrid de finales de noviembre de 1943, que se convierte en la gran protagonista de la historia. Una Madrid descrita a base de retales de historias repletas de miseria, incomodidades, incertidumbre, inestabilidad, marginación. Y un Cela retratando la realidad social y política de la ciudad de manera excelente. Seleccionando solo lo preciso de cada una de las acciones de los trescientos personajes citados en el texto. Todo ello, fruto de un enorme trabajo de encaje, reflexión, estudio sociológico que uno no quiere siquiera imaginar. No es de extrañar que al autor le llevara cinco años plasmar sobre el papel la historia tal y como la tenía concebida en su mente. Y unos personajes, los carnales, que pertenecen a la clase media baja y a la burguesía venida a menos. Personajes que viven atrapados, cuyos mirares jamás descubren horizontes nuevos y que viven en una claustrofóbica mañana eternamente repetida. La novela está tan bien escrita que la aparente espontaneidad de la narración logra esconder ese cuidadosísimo trabajo de perfeccionamiento estilístico. La gran multitud de diálogos se combinan con unas narraciones que en unas ocasiones son tan largas que más bien parecen discursos y en otras, en cambio, son cortantes, directas, abruptas. Algo solo al alcance de un escritor de diez. Y valiente, muy valiente. Más todavía, teniendo en cuenta el contexto: posguerra, censura, enfrentamientos, divisiones, miedo. No en vano, la censura civil aconsejó su publicación solo si el autor atenuaba ciertas escenas, mientras que la eclesiástica la rechazó por atacar el dogma y la moral y poseer un escaso valor literario. Por suerte, en breve, podremos disfrutar de esta obra sin censuras de ningún tipo, tal y como fue concebida. Dice la crítica que, para escribir La colmena, Cela bebió de la literatura española anterior: de la novela picaresca --de personajes que deben buscarse su sustento de mil y una ingeniosas maneras, olvidando cualquier moral que no sea la de la mera supervivencia--, del esperpento de Valle-Inclán --muy de utilizar la colectividad como un personaje, utilizando técnicas deformadoras de la realidad--, de las novelas abiertas con multitud de personajes de Pio Baroja --para quien la novela ha de reflejar la vida misma--; pero también de la renovación novelística europea (Joyce, Proust, Sartre) y norteamericana (Dos Passos, Faulkner), que buscaba no solo describir sino denunciar la realidad a través de una compleja estructuración y temática. Todo ello, además, salpicado de escenas de sexo nada apropiadas para la época. Si debiéramos resumir el comportamiento de los personajes de carne y hueso de la novela en una sola palabra no habría otra mejor que insolidaridad. Al menos durante el primer noventa por ciento de la obra. Cada uno de ellos, como ha quedado dicho ya, abandona toda moralidad para proporcionarse su propia supervivencia. Así ocurre durante la mayor parte de la novela, salvo en escasas y honrosas excepciones en las que algunos de ellos se prestan dinero, se pagan cafés --¡los cafés son los otros grandes protagonistas no carnales de la novela!--, o incluso piensan en prostituirse para conseguir dinero con el que curar a su novio tullido. En cambio, en las últimas páginas, ante el cariz de unos acontecimientos que desconocemos los lectores pero no los personajes, estos se vuelven solidarios, empáticos, dignos.


Ha sido mi primera experiencia con un audio libro desde IVoox y contento, muy contento. El libro es una maravilla, un retrato completo de aquella España sumida en una gran pobreza pero con ganas de progresar, con clases sociales marcadas y con riqueza solamente aparentad que escondía grandes necesidades y meterías. Espectacular.


La desesperanza hecha novela. Los personajes no tendrán forma de distanciarse de su presente desgraciado y la palabra futuro no podrá congraciarse con la palabra esperanza.


La colmena es una ventana a algunos personajes madrileños durante los inicios del franquismo. Cada personaje tiene una historia, pero cada historia se relaciona con la que tienen los otros personajes. Hay pasajes increiblemente sabrosos e interesantes; algunos otros son menos atrayentes e innecesarios. Definitivamente un libro que se deja leer, aunque con paciencia por el miedo a perderse entre la ciudad y los habitantes de la novela.


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