Integrante de la trilogía «La lucha por la vida» –ciclo que, pese a narrar de forma unitaria la adolescencia y juventud de su protagonista en el Madrid hormigueante del tránsito entre los siglos XIX y XX, admite sin problema la lectura independiente de cada una de sus partes–, La busca es la primera novela de la serie. En ella, Pío Baroja narra la llegada a Madrid de Manuel Alcázar desde el medio rural, sus diversos trabajos y sus tímidas incursiones en el camino de la delincuencia, mezclado con gente de vida oscura, pícaros y hampones, en pugna con sus aspiraciones a una vida decorosa.
Un clásico imprescindible que narra la dureza, brutalidad y la forma tan dura que tenían de busarse la vida las personas de los barrios más humildes de Madrid del siglo XX. Uno de los mejores aspectos de la novela es la descripción de los personajes de los barrios bajos, tan bien detallados que te los puedes imaginar con todo lujo de detalles sin necesidad de verlos.
- Hazme caso, porque es verdad. Si quieres hacer algo en la vida, no creas en la palabra imposible. Nada hay imposible para una voluntad enérgica. Si tratas de disparar una flecha, apunta muy alto, lo más alto que puedas; cuanto más alto apuntes más lejos irá.
Sería curioso averiguar -dijo Roberto- hasta qué punto la miseria ha servido de centro de gravedad para la degradación de estos hombres.