El proceso comercial conlleva una importante carga de trabajo administrativo esencial para el funcionamiento de las empresas. Esta labor consiste en controlar la documentación comercial y la relación con los clientes, influyendo muy directamente en la cuenta de resultados de las compañías. La optimización de la ejecución de los procesos comerciales administrativos incrementa la eficacia de los servicios prestados y permite una reducción en el tiempo empleado en trámites y consultas.