Sinopsis de KNOCKEMSTIFF

3 reseñas sobre el libro KNOCKEMSTIFF

Me topé con este libro, cuyo autor no conocía y de quien no tenía referencia alguna. Al empezar a investigar, vi que en Netflix se estrenó hace poco una película basada en el libro homónimo, El diablo a todas horas, su primera novela. En alguna parte leí que empezó a publicar tardíamente, después de los 50 años, y su primer libro es Knockemstiff, una serie de relatos que ocurren en un pequeño pueblo del sur de Ohio, con no más de 200 habitantes, la mayoría de ellos "rednecks" ignorantes, extremadamente propensos a la violencia, influenciables, alcohólicos, adictos, depravados, asesinos, brutales... en fin, representantes de lo más abyecto y rastrero de la sociedad. Los cuentos son impactantes, sórdidos y tremendos; lógicamente unos más que otros. En lo personal, mis preferidos han sido "Disciplina" y "La vida real", ambos relacionados con la crueldad y el maltrato de los padres hacia sus hijos, y las repercusiones que tienen después estos actos de abuso continuado. El pueblo donde se escenifican los relatos, Knockemstiff o Glenn Shade, es prácticamente un personaje más, presente en todas las historias, que pese a los elementos comunes -incluso hay personajes que aparecen en varias de ellas- no se tornan repetitivas y cada una aporta al conjunto de manera original. Esta hondonada es un pueblo-trampa, una prisión sin salida; una esponja que absorbe las ilusiones y los sueños y transforma a sus habitantes a través de la masificación, la idiotización, las drogas y la hiperviolencia en el más execrable lumpen o "white trash". Por doquier se siente la presencia de las anfetaminas, el licor barato, las grasientas salchichas ahumadas y la música country. Creo que no seré el único en ver que Pollock logra lo que Chuck Palahniuk (el autor de El Club de la Pelea o El Club de la Lucha en otros países) intenta en sus obras, casi siempre sin éxito: retratar a esta horda de palurdos, no como una colección de curiosidades incorporada a la fuerza en sus relatos, sino que se logra convertirlos en elementos naturales, seres inherentes al paisaje en que se desenvuelven e imprescindibles en cada historia. Por momentos su pluma me recuerda a grandes escritores como Cormac McCarthy (en particular Hijo de Dios) o a monstruos de las letras universales como William Faulkner. Una advertencia final: si quieren leer el prólogo, el cual consta de 6 partes, déjenlo para cuando terminen los relatos, porque está repleto de espoilers.


Me imagino a los habitantes de Knockemstiff teniendo que aclarar que en absoluto tienen que ver con los personajes de Pollock, o por lo menos yo sí lo haría si viviese en ese lugar, porque hay historias que dan auténtico pavor; no sabes si está hablando de seres humanos con sus virtudes y sus múltiples defectos, o de experimentos carcelarios que salieron mal. Pero qué demonio, son este tipo de cosas las que caracterizan la narración del autor. Además, hay algún que otro personaje reconocible de El diablo a todas horas, y personajes que aparecen en más de un historia, lo que incrementa esa sensación de endogamia y lugar cerrado que parece ser Knockemstiff. Me gustó más la novela que esta serie de relatos cortos, pero no decepciona en cuanto a surtido de historias truculentas se refiere


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FRASES DEL LIBRO KNOCKEMSTIFF

Lavé la taza, entré en la sala de estar y me dejé caer en el sofá hundido. Pegados con chinchetas a las paredes, había un montón de bonitos paisajes arrancados de calendarios viejos; parecían ventanas a otros mundos.


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