HISTORIA DE DOS CIUDADES

Una de las características que hace de Charles Dickens un escritor único es que sus personajes retratan a los invisibilizados, a la gente "común", lo que no es frecuente en las novelas de esa época. A pesar de recurrir a un final truculento, Historia de Dos Ciudades, tiene un valor histórico al recrear la era de terror de los primeros años de la Revolución Francesa, la desnaturalización de los nobles ideales (igualdad, libertad y fraternidad) por la venganza sangrienta invocada por siglos de abusos y humillaciones por parte de la mal llamada nobleza, dándole vuelta a la moneda que cambió una opresión por otra. Como inglés, Dickens mira con horror tanto la causa como la consecuencia del proceso revolucionario, contrastando la abúlica Londres con la convulsa París y dejando que las vidas (y la muerte) de sus personajes nos cuenten esa historia vivida en estas dos ciudades.

Una nivela historica sobre un gran conflicto, el punto débil es la manera en que esta se narra pues llega a ser tediosa

Sin duda que esta obra es un clásico de la literatura inglesa y mundial, pero no es fácil su lectura. Poco a poco se descubre el porqué de las dos ciudades, Londres en desarrollo económico y París en la vorágine de una revolución que llegó al paroxismo, afectando a los personajes de esta historia. La prosa es emblemática del siglo en que se escribió pero una vez que te atrapa ya no puedes dejarla.

Un libro que me tomó demasiado tiempo. Una historia bastante lenta, la trama es muy plana y nada impactante. Cerca del final comienza a tener sentido la historia y, por ende, el título. El final se vuelve predecible desde los últimos cinco capítulos; no obstante, la característica principal y la genialidad del autor radica en la rica exposición y detalle del ambiente que crea. Sin duda, Dickens gasta todo el tiempo y el papel no en la trama, sino en la descripción del ambiente en el que se desarrolla la misma. Esto último, quizá sea, lo que hace de Dickens un clásico universal.

Leída en mi juventud, durante la secundaria. Historia de dos ciudades de Charles Dickens es una de mis lecturas favoritas de aquella época. Muy recomendable...y no voy a comentar la trama para no quitarles el deseo de leerla. Lo que si voy a comentar es sobre el autor Charles Dickens, es otro de los gigantes de la literatura universal. Tan igual que Alejandro Dumas en Francia. Sus obras son muy bien elaboradas, son aventuras donde no cesan, la intriga, el misterio, los personajes están tan bien elaborados que cada uno tiene vida propia. Algunas de sus obras que leí las tengo presentes en la memoria y en mi biblioteca...solo por mencionar algunas... Historia de dos ciudades. Grandes esperanzas. Oliver twist. Cuento de navidad. Los papeles póstumos del club Pickwick... Sí son novelas de peso y de varias páginas...pero que se leen con placer y te enganchan porque quiere uno saber cómo terminan. Algunas de estas obras fueron llevadas a la pantalla grande, como por ejemplo: Oliver Twist, la primera versión en blanco y negro con la actuación de Alec Guinness; la segunda versión obra musical a color con las actuaciones de Mark Lester y Oliver Reed y una última versión con la actuación de Ben Kingsley, el actor que también interpretó a Mahatma Gandhi. Bueno espero que con estas líneas les haya abierto el apetito para leer de Charles Dickens... Historia de dos ciudades... Y las demás también...

La revolución Francesa, fue y sigue siendo un precedente en la historia y esto lo destaca Dikens en su novela, escogiendo como escenario de su relato este acontecimiento, y como novela dramática en la cual es un experto este escritor, no busca dar una descripción histórica detallada del porque, como y donde comenzó está crisis o caos social en Francia, pero de forma crítica de ambas partes busca darle matiz a las causas y consecuencias, por ejemplo de forma un poco melodramatica o exagerada y en una prosa casi poética narra las vejaciones de los aristócratas a la plebe, llegando a atropellar a niños con sus carretas como si fueran ratas en el camino, y luego también de forma casi dantesca narra las turbas asesinas de hombres y mujeres contra personas cuyo único crimen era tener un título noble o aristocratico, y como en nombre de la libertad, igualdad y fraternidad se privaba de libertad a inocentes que luego eran condenados a muerte sin un juicio justo, a manos de la hembra insaciable que se llevo a miles de víctimas, llamada la santa guillotina. Es como si la revolución se hubiera disfrazado de justicia, porque en realidad seguían violando los derechos a la libertad, igualdad y fraternidad, pero con una inversión de los papeles, dónde el verdugo se convertia en víctima y la víctima en verdugo. En este caos se desarrolla una historia de amor familiar y de pareja, dónde destacan el doctor Manette, su hija y su yerno, pero existe un personaje que aparenta ser secundario al inicio, Sidney Caron, pero al final termina cerrando con broche de oro está historia y provocandome hasta unas lágrimillas, no por nada en lo particular fue mi personaje favorito, de hecho su personalidad y motivos de conducta me parecieron los más interesantes, sinceros, nobles, generosos y leales de entre todos, y disfrute mucho sus momentos de participación en la novela, cosa que no pasó con los demás personajes secundarios, incluidos algunos principales como Lucía, que me parecía insufrible con su excesivo dramatismo, pero bueno es ese el estilo de Dikens, que no deja indiferente a nadie con su talento en desarrollar historias dramáticas y conmovedoras que te dejan huella.

Un gran clásico inspirado durante la época de la revolución francesa en un panorama donde los personajes cuyas humildes vidas se ven trastornadas por el estallido de un terrible suceso histórico. Este libro es una de esas joyas de la literatura que no solo trasciende a su tiempo en lo artístico, sino también en lo social y político, incluso en lo ético, lo moral y lo humano. Historia de dos ciudades es la novela de Dickens que nos recuerda que dividir el mundo en bandos nunca fue una buena idea...y que ni las buenas ni las malas razones están siempre y todas en el mismo bando.

Curiosidad por leer un clásico escrito allá por 1850, no sólo por escudriñar términos y prosa antigua, sino también por asomarme a aquella sociedad, aquel mundo de entonces, a la humanidad; en una historia donde destaco los contrastes que describe entre los seres humanos más bondadosos con grandes valores morales y la turba más abyecta que comete actos aberrantes en su lucha de clases, donde campa la violencia y la injusticia. El inevitable resultado cíclico de cualquier sociedad donde unos pocos viven en la opulencia, impasibles ante una mayoría que carece de lo más básico. Donde todo parece tener siempre un límite en el que una masa crítica arrastra a la sociedad a una revolución para alterar el orden. En el caso de Francia, la descripción que hace Dickens es espeluznante por pensar que pudiera repetirse; no estamos tan lejos de esa chispa que prenda la dinamita de la desesperación. Esa sociedad que apaga su sed de venganza guillotinando a miles de personas, hasta que el instrumento se vino abajo por la cantidad de sangre que pudrió los pilares, mientras la gente veía las ejecuciones como diversión con total normalidad, en cumplimiento de leyes implacables y absurdas a nuestros ojos de hoy. Confieso que me ha costado avanzar en algunos momentos en que tanta densa prosa se me hacía pesada, para luego retomar el ritmo y ver avanzar la historia. Buen sabor de boca en el desenlace final, a pesar de la tragedia, por el mensaje de lealtad, honor y, sobre todo, amor.