Después del accidente de Fukushima el ""lobby"" atómico conspira para frenar el inevitable declive de las centrales nucleares. Los graves accidentes nucleares de Three Mile Island (1979), Chernóbil (1986) y Fukushima Daiichi, ocurrido en 11 de marzo de 2011 tras el terremoto y el tsunami que afectaron la costa nororiental del Japón, han terminado de hundir el mito de la seguridad de las centrales nucleares. La fusión de los núcleos de tres de los seis reactores de la planta japonesa y los efectos de la contaminación radiactiva a la atmósfera, los suelos y el océano no tiene precedentes en la historia de la industria electronuclear.