Una historia que comienza en 1915 y está llena de sueños, secretos, pasiones oscuras y amor prohibido en el interior de Australia. En ella asistimos a la gesta de tres generaciones de la familia Cleary, pero sobre todo, somos testigos de la relación sentimental de Meggie con el sacerdote Ralph de Bricassart, un párroco cuya ambición lo lleva a formar parte de los círculos influyentes del Vaticano. Una historia de amor conmovedora, una apasionante lucha entre el deseo y el deber, la vocación y la pasión, pero también una celebración de la individualidad y el espíritu.
Ojalá hubiese podido llorar... O matar. Cualquier cosa que borrase su dolor.
Había en su alma algo lo bastante viejo y femenino para infundirle el irresistible y egoísta gozo de sentirse necesaria.
Le sonrieron con esa ternura peculiar que reservan las mujeres para el hombre más amado de sus vidas.
Los niños buenos empleaban la derecha; los zurdos eran hijos del demonio, sobre todo si eran pelirojos.
Avergonzado y confuso, como un brillante pájaro traído a casa con las alas recortadas y ahogado su canto en el silencio.