Con estilo descarnado y seco, Muriel Spark narra en El asiento del conductor las últimas horas de Lise, una turista nórdica que se va de vacaciones a un país meridional del que nunca regresará. Como en alguna ocasión declaró la escritora escocesa, su intención al escribir fue la de «aterrorizar deleitando», máxima que se cumple de modo magistral en esta turbadora novela. De la novela David Lodge afirma: «Algunas de sus mejores obras, más que novelas, son relatos que, por su brevedad, cabe leer en una trepidante sentada. El asiento del conductor es un caso ejemplar, un extraordinario tour de force, la historia de un crimen vista al revés». Por su parte The New Yorker señala: «Una obra maestra vidriosa y pérfida. El asiento del conductor [es] de una crudeza rayana en lo espeluznante».
A pesar de que el libro es diferente y de que me sorprendió bastante no he logrado centrarme en el. A veces cuando parecía engancharme me desorientaba otra vez. No he conseguido en ningún momento conectar con el libro, demasiado caótica la historia, demasiado incongruente. Sin embargo me han quedado ganas de leer más de la autora porque su escritura me parece interesante y quiero darle otra oportunidad.
No me ha resultado placentero el proceso de lectura por el desconcierto y la frustración que me producía no entender el porqué de los actos y diálogos de los personajes. Sin embargo, al terminar de leer y reflexionar sobre lo leído, me he sentido realmente estúpida al buscar sentido a lo que era, adrede, absurdo. Lo justo es leerlo dos veces: una para ir descubriendo el hilo de la historia, y la segunda para apreciar la genialidad de los detalles, del mensaje oculto, del sentido satírico de la narración... Es extravagante, perturbador y crudo leer las 81 páginas que componen la historia, pero, sin duda, necesario para reconocer la complejidad de una mente capaz de producir un mensaje así formulado.
Una novela corta que te pone contra el personaje de Lise, por excéntrica y borde, pero al final te deja desconcertado ese final que ella misma planea. Distinta, extraña.
Una novela fría y calculadora. Te engancha el personaje, hace que te centres en ella en este caso para poder entenderla psicológicamente... pero no puedes hacer. Aunque puedas tener un afecto por ella, sabes que el final es el abismo que ya te adelanta en las primeras páginas el propio personaje. Curiosa la novela, que te produce seguir conociendo a su autora: Muriel Spark.
¿Novela?, ¿Relato?, ¿Cuento?. No sé cómo clasificarla. Tampoco sé si me ha gustado o no. Estoy confundido. Estoy desconcertado. Estoy.....
Posiblemente sea el relato más absurdo que he leído. Pero me ha encantado por lo absurdo y por las verdades dichas entre líneas. El final es totalmente inesperado y absurdo igualmente. Me he reído un montón. Me ha gustado mucho la manera de ser de la protagonista, le importa un bledo ir contracorriente de la sociedad, de los estereotipos sociales se ríe sin parar. En fin que no sé si recomendarlo o no. Pero es cortito y entretenido.
_¡Qué amable es usted!_Hay que serlo siempre por si no se presenta otra ocasión. En cualquier momento te pueden matar al cruzar la calle y hasta sin bajar de la acera, nunca se sabe. Hay que serlo siempre.(😓)"
A la larga, lo que nos pasa en esta vida no es lo importante, sino lo que pasa después
Suele tener los labios apretados tan rectos como un balance general. Sólo perfilados en linea recta por un antiguo carmín.
Darán vueltas y más vueltas, harán lentos progresos, cargando siempre con las mismas preguntas, como el caracol que carga con las espirales de su concha .
Lo exhibe a propósito como esos espías de los que leemos que verifican el reconocimiento mediante señales preestablecidas, y verifican el contacto con otro agente
El la contempla como si soportara sobre sus hombros todas las excentricidades del género humano.