DEMONIO DEL MEDIODÍA

"Un diamante en bruto" fue mi calificación final a esta novela en el cual Alonso Cueto(y que por cierto fue la primera que leí de este autor) ha sabido narrar los avatares de los profesionales situados en las capas medias de la sociedad. Diamante en bruto porque he encontrado en esta novela pasajes cuya narración me ha parecido genial, fascinante. Sin embargo no todo el libro está al mismo nivel porque también hallé pasajes que, aunque su intención era resultar profundo, en realidad resultaban un tanto pesados y me motivo más de una vez a adelantar páginas. En este punto considero que Alonso Cueto debió acortar algunas páginas. Aquello hubiera hecho la diferencia. Por otra parte, aunque la trama principal me pareció cautivante (un triángulo amoroso) algunos personajes fuera del triángulo amoroso resultaron un tanto estereotipados, algunos rozaban lo caricaturesco. Y es que el autor describe con naturalidad a los personajes de clase media, más no resulta así con los aquellos que están debajo de esta escala social. Si obviamos los aspectos negativos, estamos ante un gran libro. Alonso Cueto, y lo he dicho en otra reseña, posee un gran potencial pero dentro de lo pocos libros que leído de él todavía no ha llegado a publicar un libro que podría ser con considerado como su "opus magnum" u obra maestra. Espero que en futuro pueda conseguirlo.

Como consecuencia de un comentario reciente recordé que había leído esta novela. La leí hace más de 15 años. Me pareció larga, no muy lograda, algo pesada, muy explicativa. Me impresionó tanto la novela que la olvidé completamente. Es lo primero, y lo único, que he leído de Cueto. Con Cueto, me pasa lo mismo que con Jaime Bayly, Fernando Ampuero e Iván Thays. No los leo por apronte, porque hay algo en ellos no me termina de convencer. Mi cola de lecturas es larga y no deseo perder mi tiempo que es lo que menos tengo. Estoy en cuenta regresiva y cada libro leído es una nueva victoria.

Cómo no leer el rostro del demonio del mediodía. Si lo llegan a ver en los atardeceres de la vida, procuren ignorarlo porque su sabiduría es un disfraz. Renato, Celia y Ricardo tienen tres cosas en común que los conecta como lo que son: un empleado con frustración ensimismada, una joven que vive su momento y un jefe de carácter de dócil engaño. Y es que sus vidas no se comparan a la dicha de las leyes con las que fueron forjados. Una encantadora novela de inicio a fin.