Simo es un delfín que se ve atrapado en las redes de los hombres, arrastrado lejos del mar, llevado ante su nueva tutora y entrenadora Renata. Es un libro en realidad triste, cómo es que el capricho del hombre es tan grande que, por más que ames al animal que adoptas (y más sabiendo que no es tan domesticable como perros y gatos), uno sea tan ciego a propósito para no dejarlo ir. Y lo peor de todo, hacerlo depender de ti. Simo finalmente había tenido una oportunidad de volver a su hogar, al ancho mar, pero la dependencia hacia Renata lo frenó. En mi opinión, claro, él confundía el amor con el encierro y "juegos" que en realidad siempre fueron entrenamiento.