En estos tiempos en los que los políticos se acusan mutuamente de crispar la vida pública y en los que los ciudadanos acabamos crispados gracias a sus soflamas, no está de más tomarnos un respiro, hacer un alto en el camino, echar la vista atrás y soltar una buena carcajada. Ojo por ojo y diente por diente: ellos nos crispan, riámonos de ellos o, mejor, con ellos. En Cómo ser político y no morir en el intento se muestran tal como son,con sus luces y sus sombras, humanos de carne y hueso, capaces de meter la pata como el que más. Pero no solamente se recopilan pifias y anécdotas, reales como la vida misma, sino también episodios de bajas pasiones, traiciones, peloteos infames y múltiples triquiñuelas.