Sinopsis de BILLETE AL FIN DEL MUNDO

Christian Wolmares escritor y periodista, especializado en transportes. Ha escrito para los periódicos más importantes de Reino Unido y también paraThe New York TimesyNewsday.

2 reseñas sobre el libro BILLETE AL FIN DEL MUNDO

El Transiberiano con sus 9.255 kilómetros, superaba en más de tres mil kilómetros la longitud del ferrocarril transcontinental de Canadá, que va de San Juan de Terranova, en el Atlántico, a Vancouver, en la provincia de la Columbia Británica, en el Pacífico, y que fue construido por etapas. El Primer Ferrocarril Transcontinental de Estados Unidos, terminado en 1869, era mucho más corto y solo requirió 2.800 kilómetros de vía cuando empezaron sus obras en 1863, menos de una tercera parte de la longitud del ruso, ya que la sección oriental ya estaba construida. Por el contrario, si descontamos el tramo ya existente entre Moscú y Cheliábinsk, el Transiberiano aún necesitaba más de cuatro mil quinientos kilómetros de vía nueva.Además de la magnitud de la tarea, había otras dificultades más prosaicas. La estepa no podía suministrar piedras para el balasto ni madera para las traviesas, y los raíles para la vía debían recorrer grandes distancias desde las plantas de los Urales y la Rusia europea. También se necesitaban enormes puentes de acero para cruzar los distintos ríos, y otros más pequeños, generalmente de madera, para salvar los innumerables arroyos y torrentes del recorrido. Buena parte del terreno estaba formado por humedales, mientras que otras partes estaban cubiertas de permafrost. Peor aún: en invierno la tierra se helaba, pero en primavera el deshielo la convertía rápidamente en una ciénaga de lodo. Aunque las montañas no eran altas en exceso, había varias cordilleras que requerían trazar largas curvas de pendiente suave, pues las limitaciones económicas impedían abrir túneles en la mayoría de los casos. Además, recorridos dos tercios de la línea desde Moscú se encontraba el lago Baikal, el mayor del mundo por volumen de agua y también el más profundo, que, con sus casi seiscientos cincuenta kilómetros de norte a sur y la cordillera de montañas que cierra su extremo meridional, planteaba el mayor obstáculo al que se enfrentaban los constructores. La mano de obra también representaba un problema importante. Numerosos tramos de la línea transcurrían por tierra deshabitada o poblada únicamente por tribus nómadas que no parecían dispuestas a participar en el proyecto, por lo que habría que trasladar a trabajadores desde zonas distantes.Dicho en breve: el cometido no tenía nada de fácil, de eso trata este texto.EXCELENTE LIBRO sobre la historia de este mítico tren desde su construcción hasta la actualidad, con una bonita colección de fotos al final. MUY RECOMENDABLE


Zares, revolución rusa, época soviética, Putin. La historia del tren que conectó y transformó rusia y como dice el autor moldeó la geopolítica del mundo. El libro relata la construcción del transiberiano, los desafíos que conllevó tal hazaña, el uso de esclavos desde los gulags en su construcción, el formidable lago Baikal ( el más profundo del mundo), etc. Un gran trabajo de investigación es el que hizo el autor, y el enlazar la historia de los eventos vividos por Rusia con la importancia del transiberiano es fascinante. La guerra ruso-japonesa, revolución rusa, primera guerra mundial, la segunda guerra mundial y la época soviética es el hilo histórico del libro. Sobre el recorrido en tren más largo del mundo ya estaba consciente, siendo una de las razones que me llevaron a leer el libro. Quién sabe si algún día me aventure en un viaje desde Moscú a Beijing y disfrute en ese tren inmerso en aquel territorio inhóspito llamado Siberia.


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