Si de logros militares se trata, Alejandro, el invicto por excelencia, merece el primer lugar en la historia. Su mezcla de audacia y cálculo le permitió, en poco tiempo y apenas superados los veinte años de edad, conquistar una superficie de diez millones de kilómetros cuadrados. La batalla del Gránico, con su espectacular desembarco en Asia: Issos, el primer enfrentamiento con Dario III, al que hizo huir; Gaugamela y la definitiva derrota del rey persa; su llegada a la india y el enfrentamiento con los elefantes; la asombrosa eficacia de la falange y su búsqueda de una cultura universal son signos de un genio que, desde el fondo de los siglos, sigue asombrando a sucesivas generaciones.