Reflejo fiel del clima de una época y denuncia a los excesos del poder. Una intensa novela policial donde el suspense y la tensión recorren toda la historia. En un escenario dominado por la corrupción, y donde los prejuicios y desigualdades conforman la realidad social del país, la verdad acaba convertida en verdades diversas que se confunden la una con la otra en un alucinante juego de espejos. «Escribí ¿Quién mató a Palomino Molero? por la indignación que me produjo el asesinato de un joven avionero de la base aérea militar de Talara que quedó misteriosamente silenciado por la burocracia oficial.» Mario Vargas Llosa
Para mi gusto un libro tan sobrevalorado como el Vargas Llosa mismo. Si se trata de una novela policiaca, debe de ser sorpresiva, impredecible. Desde antes de la mitad del libro ya se sabía perfecto cómo iba a desenlazar... Por otro lado, me parece bastante corriente su forma de escribir, hasta podría decir que parece una novela barata de televisa de los años 90s. No recomiendo para nada este libro. Nunca me ha convencido Vargas Llosa, me parece bastante pedante y soberbio y con este libro cayó completamente de mi gracia. Para el que quiera leer a escritores latinoamericanos verdaderamente buenos, les dejo a: Fernando del Paso, Carlos Fuentes, García Márquez, Bioy Casares, Borges, Octavio Paz, Benedetti, Cortázar, Juan Rulfo, Isabel Allende, etc. Hay una infinidad de autores mucho mejores y que no cuentan con el pomposo y a la vez engañoso “premio Nobel de literatura”
No es muy conocida, pero es buenísima. La historia es trágica, llena de hechos cómicos y de final inesperable. 100% recomendada.
Una historia social como muchas latinoamericanas pero con el toque maestro de Vargas lo que le hace especial.
El nombre del lugar, dice una leyenda piurana, viene de la Colonia, cuando Amotape, tenía un párroco avaro, que odiaba dar de comer a los forasteros. Su sirvienta, que le amparaba las tacañerías, al ver asomar un viajero lo alertaba: Amo, tape, tape la olla que viene gente.
Tenía ganas de echarse a llorar de pena por el mundo entero, carajo. Se dio cuenta que temblaba de pies a cabeza. Sí, Josefino lo había calado bien, era un sentimental de mierda y no cambiaría.
Entonces, no sabes lo que es el amor-lo oyó burlarse-. Yo me metería de avionero, de soldado raso, de cura, de recogedor de basura y hasta comería caca si hiciera falta, para estar cerca de mi gordita, Lituma.