su vida a Japón para conocer el testamento de su padre, un hombre al que nunca conoció. Solitaria y distante, con el paso de los años se ha cerrado a la vida. En Kioto es recibida en la casa tradicional de su padre y conoce a Paul, un belga de su edad que trabajó con él durante años. Rose está en tensión por toda la situación y su comportamiento es exasperante, pero pronto Paul y Rose comenzarán a reconocer sus fragilidades. Mientras Rose comprende poco a poco quién era su padre, cuánto la amaba y que se limitó a respetar el deseo de la madre de Rose de no intervenir nunca en sus vidas, descubrirá también la belleza de la cultura japonesa y se abrirá de nuevo a la alegría del amor.
La escritora retoma ese amor particular por Japón y su cultura. Este es el libro de las sutilezas, de la elegancia y la profundidad disimulada. Es una historia que inspira quietud, nostalgia, introspección, paz y esperanza. Está ambientada en Kioto, en sus flores, en sus árboles, en el musgo y la lluvia; en sus templos. El personaje principal es Rose, una mujer francesa, botánica, de 40 años, que viaja a Kioto para recibir la herencia de su padre, al que nunca conoció. En el inter, emprende una búsqueda de sí misma, y se encuentra con ella y con el amor; se reconcilia con la vida y escapa del sufrimiento y en un intempestivo renacimiento. Es imposible no vincular algunos aspectos esenciales en esta novela con su obra maestra "La elegancia del erizo". Con esta última, donde también está presente la cultura japonesa, comparte la evocación a la belleza de las flores, en concreto la camelia, y el musgo. La idea de la transformación y el renacimiento, la idea del amor y de la muerte. El final de ambas novelas comparte la misma esencia. MUY RECOMENDABLE. Finalmente comentar que es una de las portadas de libro más bonitas que he visto
Una lectura que he escuchado en audiolibro, no había leído a la autora, le di oportunidad a esta historia por estar ambientada en Japón y por coincidir con el #marzoasiático. La prosa de la autora me ha encantado, muy lírica, reflexiva, prosa que cautiva. Las descripciones sobre los paisajes de Japón y sus costumbres me han hecho viajar a esta tierra idílica. Sin embargo, la trama no me ha conquistado, le ha faltado algo, incluso de me hizo corta la historia, un final precipitado. Las leyendas que se van contando entre los capítulos sobre Japón, la mejor parte.
Una rosa sola. Muriel Barbery Rose, una botánica solitaria de cuarenta años, se traslada a Japón para conocer el testamento de su padre, Haru, al que no conoce. En Kioto, Rose conoce a Paul, el asistente de Haru....y nos paseamos por jardines y templos de Kioto sin parar Está autora y yo no somos compatibles...aún tengo más libros de ella pero no sé si le daré otra oportunidad.... este lo cogí por tratarse de Japón, que también soy incompatible con su cultura, y me fijé....igual contada por un occidental la entiendo...pues no...no entiendo nada esa filosofía...y eso de que es una mujer rota que se descubre a si misma en Kioto yo no lo he visto...no lo he sentido.... Eso sí....Kioto en su parte antigua debe de ser delicioso, precioso...para perderse por sus jardines y ver su inmenso colorido y sentirlo Reconozco que Muriel escribe muy bien....pero es una novela muy plana para mi gusto...nada de profundidad....me ha dejado fría. Si alguien la ha leído me gustaría saber sus impresiones
No se sobrevive la muerte de un hijo, una se transforma en otra persona que de vez en cuando puede volver a respirar.
Elle fut traversée d’une ancienne souffrance que venaient baigner des éclats de joie arrachés au néant.
Le son de la pluie sur le parapluie lui fit du bien, elle rêva un instant de vivre dans une goutte pleine et close, sans ailleurs ni autrefois, sans perspectives ni désir.